Más de la mitad de las escuelas del AMB presentan entornos críticos para la salud de los niños

Absorción de coches, aire contaminado, falta de árboles y aceras demasiado estrechas. Esta es la realidad que viven miles de niños cuando entran y salen de la escuela. Un estudio impulsado por el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona (PEMB) y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) alerta de que más de la mitad de las escuelas metropolitanas se encuentran en entornos críticos para la salud y la seguridad de los niños y niñas. En la jornada de presentación en el Canódromo se ha reflexionado sobre por qué hay que mejorar los entornos de las escuelas desde el ámbito de la salud y también se ha contado con técnicos de los ayuntamientos de Bilbao, Valencia y París, que han expuesto las actuaciones que se están llevando a cabo en sus respectivas ciudades.
El estudio "Mejorar los entornos escolares – Metodología de análisis y estado actual en el ámbito metropolitano de Barcelona", desarrollado por el arquitecto urbanista profesor de la UPC, Xavier Matilla, y Helena Cruz, geógrafa de TerritoriosXLM, ha analizado 916 centros del Área Metropolitana de Barcelona (497 públicos, 332 concertados y 87 privados) y concluye que mejorar los entornos escolares es una palanca rápida y visible de regeneración urbana y salud pública.
contribuir a identificar e impulsar políticas que mejoren estas condiciones de entorno, en consonancia con las misiones 'Emergencia ambiental y climática' y de 'Cohesión territorial' del Compromiso Metropolitano 2030. Se trata de una "cuestión de emergencia climática y de salud pública", ha destacado la presidenta de la comisión ejecutiva del PEMB y vicepresidenta del Área de Acción Climática del AMB, Janet Sanz. También ha insistido en la importancia de abordar este fenómeno desde la escala metropolitana: "Empezar por las escuelas es la manera más directa y justa de ganar aire limpio, seguridad y convivencia en los barrios, y no nos podemos permitir retroceder."
57% de los centros tienen entornos deficientes
El estudio propone un índice sintético de valoración (0 a 28 puntos) que combina indicadores de movilidad, medio ambiente, seguridad vial, vulnerabilidad climática y características de los centros. Cuanto más alta es la puntuación del indicador, peores son las condiciones del entorno escolar.
Según esto, más de la mitad de las escuelas del AMB se encuentran en entornos críticos. Concretamente, un 57% de los centros analizados (528 escuelas) se sitúan en la franja con peores condiciones (con una puntuación superior a 15), y un preocupante 13% (118 escuelas) alcanzan el peor rango posible, con valores entre 21 y 25 puntos. De ellas, concretamente 6 escuelas llegan a la puntuación máxima registrada de 25 puntos sobre 28. En cambio, los centros que disfrutan de un entorno escolar favorable sólo representan el 7% de los centros (63 escuelas).

Uno de cada tres centros tiene patios insuficientes
Uno de cada tres centros educativos del área metropolitana dispone de patios insuficientes según la normativa vigente, es decir, inferiores a 1.056 m2. La situación es especialmente grave en las escuelas concertadas y privadas, donde casi la mitad no llegan a los estándares mínimos establecidos. Municipios como Barcelona, L'Hospitalet de Llobregat y Santa Coloma de Gramenet concentran los porcentajes más elevados de déficit de espacios de juego y ocio para el alumnado.
La falta de verde también es una constante. En 12 municipios, más del 80% de las escuelas se encuentran en entornos con menos de 15 m² de verde por habitante en un radio de 700 metros, un indicador clave de confort y sombra. Al mismo tiempo, la calidad del aire presenta unos resultados muy preocupantes: ningún centro alcanza los niveles recomendados por la OMS y casi 9 de cada 10 superarán los futuros límites europeos de NO₂ y partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) que deben alcanzarse a más tardar antes de 2030.
Finalmente, el estudio evidencia que, a menudo, en diversos ámbitos del continuo urbano central —Besòs–Glòries–Eixample y el eje litoral— los centros con peores entornos coinciden con exposición elevada a contaminación y calor, y que esta realidad se superpone con niveles altos de vulnerabilidad social (IVU). Un hecho que refuerza la necesidad de priorizar actuaciones en clave de justicia urbana y equidad. El arquitecto urbanista Xavier Matilla, que ha coordinado el estudio, ha subrayado que "los entornos escolares pueden convertirse en el motor de un nuevo modelo urbano más seguro, verde y saludable para todos".
El estudio señala que las actuaciones más efectivas son las que transforman directamente el espacio público frente a las escuelas. Matilla ha asegurado que medidas como "recuperar asfalto para uso exclusivo de peatones, crear espacios seguros y jugables, o introducir mejoras puntuales —como pasos elevados, aceras pasando o carriles bici y bus— son actuaciones de bajo coste y alto impacto que permiten mejorar, de manera inmediata, la seguridad y el confort climático de la escuela".
Mejorar los entornos es una cuestión de salud pública
Mejorar estos entornos escolares es una cuestión urgente de salud pública y justicia social. Tal y como ha apuntado durante la jornada de presentación del estudio la Elena Codina, médica y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Catalana de Pediatría, "los niños pasan el equivalente a una jornada laboral en espacios que no cumplen ni tienen ninguna normativa en términos de salud, calidad del aire y prevención de accidentalidad", mientras son especialmente vulnerables, porque tienen unos cuerpos que todavía están en formación.
Carolyn Daher, coordinadora de la Iniciativa de Entornos Urbanos y Salud de ISGlobal, ha defendido que transformar estos entornos "también dignifica los barrios y responde a la falta de espacio público de muchos municipios del AMB". Barcelona es una de las pocas ciudades que ha empezado a aplicar un cambio de modelo a escala, con proyectos como los refugios climáticos o "Protejamos las escuelas", que permiten actuar más allá de casos puntuales, según la investigadora. Ambas han coincidido en que hay que actuar con visión estratégica y valentía política, porque, en palabras de Daher, proteger la salud de los niños es una de las inversiones más eficientes que podemos hacer como sociedad.
Las experiencias de Bilbao, Valencia y París
En Bilbao, el consistorio trabaja desde hace tiempo para transformar los espacios escolares y sus entornos con una mirada transversal y participativa, según ha explicado el concejal delegado del Área de Planificación Urbana, Proyectos Estratégicos y Espacio Público del Ayuntamiento de Bilbao. Entre las iniciativas destacadas están los proyectos "Reimaginando patios", que impulsa la transformación de los patios escolares con la implicación de toda la comunidad educativa, "Patios abiertos", que abre estos espacios fuera del horario lectivo y crea nuevas oportunidades laborales para jóvenes y "Caminos escolares que promueve caminos seguros y entornos pacificados mediante urbanismo táctico.
En el caso de, el arquitecto y ex asesor de Urbanismo de la alcaldía de Valencia, David Estal, ha detallado que las transformaciones urbanas se han acelerado a raíz de la pandemia y episodios como la DANA, que obligaron a reubicar escuelas en espacios provisionales. Este contexto supuso una oportunidad para recuperar espacios de aparcamiento y convertirlos en espacio público mediante urbanismo táctico. Durante el periodo 2015–2023, el impulso institucional generó una dinámica de cambio que culminó con la capitalidad verde europea, ha subrayado Estal. Desde la ciudad, se destacan tres aprendizajes clave: la importancia de la apropiación ciudadana de estas intervenciones, el trabajo en red y la promoción de la autonomía de los niños a la hora de moverse por su entorno.
En París, la movilización ciudadana ha sido clave para impulsar un nuevo programa político de transformación de los entornos escolares, según ha explicado en la jornada Andoni Briones, jefe del departamento Noreste de diseño y gestión de proyectos en el Ayuntamiento de París. El objetivo inicial de pacificar 300 calles ya se ha superado, y se han puesto en marcha medidas como la retirada de la barrera entre acera y calzada, la incorporación de mobiliario urbano, la gestión sostenible del agua y la plantación de vegetación. Briones ha apuntado que los niños tienen un papel activo, decidiendo cómo "vestir" los nuevos espacios y estas actuaciones han generado nuevas centralidades en los barrios y contribuyendo a recuperar el espacio público para la vida cotidiana.