Los grandes retos del planeta deben abordarse desde las ciudades y, en el caso de Barcelona, la ciudad real desde la que hacer frente a estos retos es la ciudad metropolitana, la de los 5 millones de habitantes
Por este motivo el territorio de referencia del último plan estratégico metropolitano de Barcelona es el de la región metropolitana de Barcelona, a la cual se ha añadido, por voluntad de las instituciones, la veguería del Penedès en su conjunto, creada por ley en 2017. Por ello, desde el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona hemos contemplado un territorio que abasta 199 municipios (127 de la región metropolitana y 72 de la veguería del Penedès) dentro del proceso: “Barcelona Demà. Compromís Metropolità 2030”, en los que conviven más de cinco millones de personas.
¿Por qué? Pues porque creemos que Barcelona y su territorio metropolitano tienen la capacidad de liderar internacionalmente las transformaciones urbanas y metropolitanas necesarias para afrontar los grandes retos globales, y que es necesario disponer de instrumentos adecuados de gobernanza para hacerlo. Uno de los objetivos que persigue el Compromiso Metropolitano 2030 es que la región metropolitana de Barcelona sea referente en el desarrollo de una nueva generación de políticas urbanas de transformación de la economía, el espacio y el metabolismo de la metrópolis, con la finalidad de generar prosperidad compartida para todos sus barrios, pueblos y ciudades, a partir de la movilización de alianzas entre actores y utilizando el conocimiento y el trabajo en red a nivel local y global.
Para conseguirlo, eso sí, hay que articular espacios de gobernanza que respondan a la realidad metropolitana y aprovechar las oportunidades que ofrece el buen posicionamiento de Barcelona entre las principales metrópolis del mundo como referente en cultura, creatividad, innovación y calidad de vida.
En esta dirección, este plan estratégico es el primero que se focaliza en un número reducido de objetivos ambiciosos, transversales y transformadores que tienen que servir de guía para la actuación coordinada de un gran número de actores del territorio, y por este motivo interpela a todas las instituciones, empresas, organizaciones y a la sociedad en general de la región metropolitana y más allá para implicarse de manera activa en el desarrollo de las ocho misiones que lo componen, y para construir, de abajo arriba, los instrumentos de gobernanza necesarios para hacerlo posible.