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La jornada anual del Foro Social Metropolitano (FSM) reflexiona cómo abordar la gobernanza metropolitana de la acción social en la ciudad de los 5 millones

El encuentro, que ha contado con la participación del PEMB, ha servido para abordar cuestiones clave como la inclusión residencial, la atención a la infancia y la contratación pública de calidad
Jornada Fòrum Social Metropolità

La CIBA de Santa Coloma de Gramenet ha sido el escenario de la IV Jornada del Foro Social Metropolitano (FSM), que ha reunido a un centenar de representantes de ayuntamientos, entidades sociales y personas expertas de todo el territorio para debatir cómo avanzar hacia una acción social coordinada y más eficaz en el ámbito metropolitano. Bajo el lema "Gobernanza de la acción social en la ciudad de los 5 millones", la jornada ha puesto el acento en la necesidad de reforzar los mecanismos de colaboración estable entre administraciones y tercer sector, y de construir estrategias compartidas ante retos que afectan al conjunto de los municipios de la región metropolitana.

En primer lugar, ha habido una mesa redonda sobre el futuro del FSM y qué papel puede tener en la gobernanza metropolitana de las políticas sociales donde Mariona Tomàs, profesora investigadora de la Universidad de Barcelona (UB), Josep Maria Pascual Esteve, de la secretaría técnica del FSM, Pilar Nuñez Nerín, miembro de la junta directiva de la Mesa del Tercer Sector Social de Cataluña y Elisabet Tejero Gil., directora de servicios de Políticas Sociales y de Igualdad del AMB han reflexionado sobre la hoja de ruta del Foro, sobre si debe ser un instrumento temporal o bien si debe jugar un papel en una hipotética arquitectura metropolitana de la acción social. "Es un espacio con fecha de caducidad o bien tiene voluntad de permanencia y debe plantearse una evolución hacia un espacio institucional?", ha preguntado Eva García de Estrategias de Calidad Urbana, quien ha conducido el acto.

Todas las intervenciones han coincidido en destacar que la "gobernanza metropolitana debe ser entendida como una práctica cotidiana de cooperación entre diferentes actores" y, precisamente por ello, también han valorado la importancia y la utilidad del Foro Social Metropolitano por su flexibilidad y capacidad de tener una mirada amplia, más allá de los municipios y como agente aglutinador de entidades público-sociales. "Hay que preservarlo, como espacio inédito", ha asegurado Pascual. En un contexto de aumento constante de las desigualdades, han abogado por reforzar la proximidad y el policentrismo en el acceso a los servicios, y la coherencia intermunicipal entre políticas para garantizar la cohesión territorial, ejes fundamentales para vertebrar una gobernanza metropolitana de acción social "robusta". Por ello, desde el FSM se ha pedido más apoyo organizativo y se ha lanzado la propuesta de crear una entidad no lucrativa que reúna a entidades y ayuntamientos que permita pedir fondos y poder poner en práctica modelos innovadores.

La gobernanza metropolitana de la acción social: retos compartidos en contratación, vivienda y atención a la infancia

Otro de los puntos fuertes de la jornada ha sido la celebración de tres mesas paralelas sobre ámbitos clave de la acción social, que se corresponden con los 2 grupos de trabajo o redes dentro del marco del FSM y la Red Metropolitana de Inclusión Residencial (XMIR):

  • "Contratación pública de calidad en las políticas sociales", moderada por Lorena Sarri Piñero, directora de Servicios Jurídicos de Suara Cooperativa y miembro del Grupo de Trabajo de Modelos de colaboración público-privada de la Confederación,
  • Inclusión residencial en la región metropolitana, moderada por Luisa F. Pinto, referente de la misión de Vivienda adecuada del Compromiso Metropolitano 2030 en el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona (PEMB) y miembro de la secretaría de la XMIR – Red Metropolita de Inclusión Residencial.
  • Modelos de atención metropolitana a la infancia, moderada por Laia Pineda Rüegg, la directora del Instituto Infancia y Adolescencia.

A pesar de las diferencias entre los ámbitos tratados, las 3 moderadoras han compartido las reflexiones de cada debate y han apuntado los puntos comunes que han surgido y que apuntan a la necesidad urgente de pensar en una gobernanza de la acción social a escala metropolitana:

  1. Necesidad de superar marcos normativos e institucionales rígidos

Tanto en la contratación pública como en la atención a la exclusión residencial o los servicios de atención a la infancia, han destacado cómo los marcos actuales —jurídicos, administrativos o institucionales— son demasiado rígidos y no responden a la complejidad de la acción social. Por ello, han explicado que es necesaria voluntad política y profesional para innovar dentro del sistema y dar espacio a fórmulas normativas y jurídicas más flexibles y contextualizadas.

  1. Reforzar el papel del tercer sector y los servicios de proximidad

Las tres mesas han subrayado el valor añadido del tercer sector y de las entidades sociales arraigadas en el territorio, que aportan valores, continuidad y conocimiento de las necesidades reales. En la contratación pública y en relación a la atención a las personas, han asegurado que el precio no puede ser el criterio determinante porque la calidad del servicio siempre acaba siendo más eficiente. "Hay que recuperar espacios de diálogo y colaboración pública-social para garantizar condiciones estables y justas de contratación y operación de los servicios", ha explicado Sarri. En cuanto a la mesa de inclusión residencial, se ha destacado el rol clave de las entidades del tercer sector en la provisión de vivienda social, porque no sólo aportan innovación social, sino que impulsan una producción de vivienda asequible con carácter estructural y creciente, basada en un modelo que obliga a reinvertir los ingresos y excedentes en la creación de nuevas viviendas sociales, generando un círculo virtuoso de provisión pública y comunitaria de vivienda.

  1. Construir políticas con mirada metropolitana

Desde la inclusión residencial hasta los modelos de atención a la infancia, se ha hecho evidente la necesidad de trabajar desde una escala metropolitana real y operativa. "La fragmentación institucional y la falta de datos compartidos son obstáculos clave para planificar políticas efectivas", ha recordado Pinto, quien ha puesto como ejemplo la planificación regional de vivienda en ciudades como Lyon, Vienna o Londres.

  1. Apostar por la prevención, la calidad y el impacto

Tanto en la atención a la infancia como en las políticas de vivienda de inclusión o la contratación de servicios, se ha insistido en la importancia de priorizar la prevención y la calidad por delante de la lógica reactiva o de emergencia. Desde cada una de las mesas también han reclamado que las políticas públicas se basaran más en evidencias, indicadores compartidos y evaluación de impacto, una carencia a escala región metropolitana.

  1. Fortalecer la gobernanza compartida y la escucha activa

Finalmente, todas las moderadoras han coincidido en la necesidad de generar más espacios de gobernanza compartida, donde participen activamente tanto administraciones como entidades sociales y ciudadanía organizada. Del mismo modo, especialmente, se ha reivindicado la presencia vinculante de la infancia y otros colectivos invisibilizados en la definición de las políticas, así como la necesidad de más tiempo y espacios para pensar colectivamente.

El impulso del FSM, espacio de referencia de la misión de Cohesión territorial, como espacio de coordinación pública-privada-comunitaria es una de las medidas del Compromiso Metropolitano 2030, ya incluida a petición de las organizaciones participantes en su elaboración. Y es que el trabajo para disponer de más datos a escala de región metropolitana para armonizar los criterios de acceso a servicios sociales; o para cubrir las inevitables desigualdades entre municipios en el presupuesto y gasto sociales, requieren espacios como el FSM. Si realmente se quiere reducir-erradicar las desigualdades existentes en la metrópoli y garantizar la cohesión social, es imprescindible disponer de espacios estables de encuentro, coordinación y trabajo entre los actores y agentes de todo el territorio.