Redefiniendo la esencia del PEMB

Los principios de actuación, una herramienta útil para construir identidad organizativa y posicionamiento claro en el ecosistema de gobernanza metropolitana

El Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona (PEMB) es una organización que forma parte del ecosistema de gobernanza metropolitana. Después de más de 30 años de vida, el PEMB empieza a emprender un nuevo rumbo que debe conferirle una personalidad propia, en un contexto en el que se han multiplicado los espacios de concertación y planificación en nuestro territorio. Para conseguirlo, dotarse de unos principios de actuación es clave.

Gabinete técnico del PEMB

Gobernar un territorio como el de la Barcelona metropolitana pide contar con instrumentos de gobernanza “dura”, definidos por la ley y con una competencias y responsabilidades acotadas, combinados con dispositivos de gobernanza “blanda”, constituidos por la voluntad de las partes y que tratan de llegar allí donde no llegan los primeros. Éste es el caso del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona, una asociación de derecho privado impulsada por administraciones públicas (el Ayuntamiento de Barcelona y el Área Metropolitana de Barcelona) y de la cual forman parte un seguido de actores económicos y sociales.

En el momento en que inició su camino, el PEMB fue un referente en materia de concertación y de colaboración público-privada para hacer frente a los retos del futuro. En ese momento, la pregunta que quería responderse era: ¿Qué seremos después de los Juegos Olímpicos y en el horizonte del año 2000? Era el año 1988 y constituir un espacio de este tipo resultaba pionero, no sólo en nuestra casa, sino a nivel internacional, donde los casos similares podían contarse con una mano.

Más de 30 años más tarde, la situación ha cambiado bastante. Lo que podríamos llamar “el ecosistema de la gobernanza metropolitana”, es decir, todo el entramado de administraciones y entes que se encuentran al servicio del gobierno del territorio, ha devenido más complejo. Durante estos años han proliferado las plataformas de concertación y planificación a nivel territorial y sectorial y, incluso, se ha recuperado el gobierno metropolitano con la puesta en marcha, en 2010, del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).

Es por este motivo, y porqué las organizaciones deben ir evolucionando para adaptarse a los nuevos tiempos, que se hace necesario establecer muy claramente cuál es la misión de cada una de ellas. Hacerlo no sólo facilita el posicionamiento de cada organización dentro del ecosistema, sino que también, en la vertiente interna, contar con unos principios de actuación es vital cuando se trabaja sobre realidades complejas y cambiantes, ya que ayuda a disponer de una guía para la acción y a dar coherencia a proyectos y actuaciones.

A partir de esta reflexión, el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona ha establecido sus principios de actuación para que de forma consciente impregnen todo el trabajo y procesos que lleva a cabo. Y hace difusión de ellos para el conocimiento de las organizaciones del ecosistema metropolitano, para un mejor reconocimiento del PEMB y para canalizar más fácilmente las colaboraciones.

Así pues, más allá de su misión de trabajar en las estrategias de desarrollo social, económico, urbanístico, cultural, tecnológico, etc., de la ciudad metropolitana, y por lo tanto, de dedicarse a configurar su visión a largo plazo (hacer, en suma, lo que siempre se ha entendido como “planes estratégicos”), el PEMB establece 5 principios de actuación, que son:

1. Escala territorial: metrópoli real

Los estatutos del PEMB proponen un alcance territorial de actuación centrado en el área metropolitana de Barcelona. No obstante, esta indicación no establece una obligación normativa de trabajo, sino que el PEMB puede aprovechar la flexibilidad de la que dispone como dispositivo “blando” para incorporar en su trabajo el territorio metropolitano de fuera del AMB, que de forma creciente también forma parte de la ciudad real e interconectada: la metrópoli de los cinco millones. Es por ello que, partiendo de esta realidad metropolitana ampliada y de la necesidad de colaboración que genera, desde el PEMB establecemos un abaste preferente de trabajo en la región metropolitana de Barcelona (RMB).

2. Foco: reducción de las desigualdades

Si bien la planificación estratégica tradicionalmente se ha centrado en las infraestructuras y en todos aquellos elementos que podían incidir en una mayor competitividad económica del territorio, actualmente han surgido otros aspectos que también afectan a esta competitividad y, sobre todo, afectan a la habitabilidad y a las condiciones de vida de las personas. Destacan especialmente los efectos de la emergencia climática y del crecimiento de las desigualdades sociales, que preocupan a todas las metrópolis del planeta. Por este motivo, el PEMB adopta como misión la reducción de las desigualdades y de la segregación urbana, en un contexto de emergencia climática. Es por ello por lo que el marco que proporciona la Agenda 2030 de Naciones Unidas con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible será una referencia importante para el nuevo proceso de definición de estrategias.

3. Alianzas: quíntuple hélice

Habiendo sido un referente de la colaboración público-privada, el PEMB apuesta hoy por el enriquecimiento de estos procesos con la incorporación de la ciencia y la investigación, con el propósito de informar las estrategias y políticas, como también de las plataformas ciudadanas que abren la opción de la colaboración público-privada-comunitaria. Es el esquema conocido como “cuádruple hélice”: administración pública, academia, empresas y tercer sector, al que añadimos una quinta: los medios de comunicación, como aliados imprescindibles para hacer pedagogía sobre el hecho metropolitano y llegar de manera más informada y comprensible a todos los actores. El objetivo es poder entender, atender e incorporar diferentes miradas sobre el desarrollo metropolitano y las estrategias, y que puedan aportar diferentes visiones, conocimientos e intereses. Y los proyectos y procesos experimentados hasta el momento nos ratifican esta aportación poliédrica enriquecedora.

4. Enfoque: (pro)positivo

Los cambios de nuestro entorno y, sobre todo, las interpretaciones y proyecciones que se hacen sobre ellos en general no suelen llevar al optimismo: el cambio climático, el futuro del trabajo o la amenaza de nuevos episodios de crisis (económica o de salud) nos abocan a escenarios preocupantes. Aun así, nuestra acción colectiva es la única solución posible. No hay otra manera de convertir estos escenarios en positivos y es por ello por lo que el PEMB debe contribuir a identificar las transiciones que vendrán y a poderlas trabajar con anticipación. Así pues, consideramos imprescindible que cualquier trabajo de reflexión colectiva como es un proceso de planificación estratégica, se haga desde la perspectiva de poder pasar a la acción, de acabar planteando retos complejos, que concebimos como “misiones”, con diferentes agentes interpelados, que a su vez devengan una oportunidad y una propuesta de transformación en positivo. Es por esta razón que el PEMB se ha dotado de un equipo de trabajo formado en técnicas de facilitación de procesos de trabajo, de mediación y de incubación de proyectos, y se incorpora a esta manera de hacer desde la misma concepción y diseño de la estrategia metropolita que debe traducirse en el establecimiento de estas misiones.

Gabinet tècnic del PEMB treballant en el que ha de ser el nou pla (missions) amb visió 2030

5. Método de trabajo: 100% colaborativo

En la línea de la tradición de planificación estratégica en Barcelona, y de acuerdo con los principios anteriores, reforzamos la idea de trabajo colaborativo. El PEMB está formado por organizaciones que trabajan en el día a día de la metrópoli desde diferentes vertientes y, por lo tanto, deben ser ellas las protagonistas del despliegue de la estrategia y las misiones. También la ciudadanía y, en este sentido, espacios como los laboratorios ciudadanos, las plataformas de ciencia ciudadana o los ateneos de fabricación serán clave a la hora de implicar a la sociedad. Y adoptamos el lema #CompromísMetropolità para significar el hecho de que consideramos que sólo con la elaboración compartida de estrategias y proyectos se puede construir un futuro equitativo para todas las personas. Proyectos y trabajos generados con inteligencia colectiva y que respeten el conjunto de intereses diversos de la mayor parte de la población y de los agentes involucrados. Hay que tener en cuenta, además, que el PEMB se ubica actualmente en el Canódromo Parque de Investigación Creativa, que devendrá también en el futuro inmediato Ateneo de Innovación Democrática. Por ello también queremos situarnos en la confluencia entre la investigación creativa y la innovación democrática.

Estos cinco principios deben orientar el trabajo de toda la asociación PEMB y, especialmente, de su oficina de coordinación, y deben verse reflejados en las colaboraciones que se emprendan y en los resultados de su trabajo. Ésta fue la intención cuando se fijaron, porqué creemos que, en conjunto, suponen una manera de trabajar que puede tener más impacto en la sociedad metropolitana y poner de manifiesto la utilidad para el interés general de un dispositivo como éste. Y, hasta el momento, creemos que así está siendo.

 

Las opiniones de los autores y las autoras no representan necesariamente el posicionamiento del PEMB.

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