La alimentación compartida, un cambio de paradigma

Las sobremesas, las donaciones de comida, la redistribución de excedentes y las espigoladas forman parte de la definición de la alimentación compartida, foco de estudio del proyecto europeo CULTIVATE

¿Cuándo ha sido la última vez que has comido con alguien? Esta acción, que tenemos absolutamente normalizada es en realidad un eje vertebrador de nuestra sociedad y del género humano. La alimentación es el factor aglutinador que permite a un pequeño grupo de personas hablar las cosas y poder solucionar conflictos, desarrollar ideas y proyectos o sencillamente compartir ratos con amistades y familia. El término alimentación compartida quiere recuperar estos espacios y también incluir todas aquellas acciones que nos acercan a estos momentos. Así, la alimentación compartida la encontramos en una cocina colectiva donde varias personas preparan comidas para las que no pueden hacerlo solas, la practica la gente que se ocupa de recuperar donaciones y redistribuirlas a las organizaciones que las repartirán a las personas que más lo necesitan. La alimentación compartida incluye tanto las acciones relacionadas con la producción de alimentos, como los momentos en que compartimos conocimiento y habilidades relacionadas con la comida.
 

Foto de alcachofas en el Parque Agrario del Baix Llobregat. Edu Bayer

La importancia de compartir la comida

Como decíamos, la alimentación compartida ha sido la base para la gestión de la comunidad y de la familia. Aun así, hoy en día, este concepto se adapta a la creciente complejidad de nuestras relaciones y comunidades, incluyendo el impacto de la tecnología que está más presente que nunca en nuestra vida. Esta función social y relacional tiene una aplicación natural en la integración entre comunidades diferentes o entre individuos; es una forma de valorizar la cultura de los demás como la propia sin competir, permitiéndonos conocer a los demás superando barreras culturales. Otra función es la de dignificar la ayuda alimentaria, transformando el espacio y el momento compartido en un momento social, no asistencial, al tiempo que se ayuda a acompañar la soledad no deseada, una situación cada vez más presente en nuestra sociedad hiperconectada.

¿Qué es el CULTIVATE?

Precisamente, la alimentación compartida es el foco de estudio del proyecto europeo CULTIVATE, un programa de investigación financiado por la UE que tiene como objetivo aumentar la conciencia y el conocimiento general del público sobre las iniciativas para compartir alimentos. Busca entender qué facilita o dificulta su práctica, al tiempo que promueve la sostenibilidad, la inclusión y la resiliencia en los sistemas alimentarios urbanos y periurbanos, mediante el intercambio de alimentos. La finalidad principal es recoger toda la información acumulada y traducirla en herramientas digitales que puedan ayudar a los diferentes actores de la cadena alimentaria, la administración pública y la ciudadanía a conocer mejor la alimentación compartida. Otro el objetivo es ayudar a ser prescriptores e impulsores de estas iniciativas, así como generar marcos legislativos favorables. Por último, el proyecto busca coproducir conocimiento sobre cómo transformar las dinámicas de gobernanza existentes para promover el intercambio sostenible de alimentos.

En el marco de este proyecto, el PEMB, como representante del Ayuntamiento de Barcelona, colabora con varias instituciones académicas, ayuntamientos e iniciativas a nivel catalán y europeo para ayudar en el diseño de una nueva herramienta digital que sirva tanto a las administraciones locales como a iniciativas incipientes y también a la ciudadanía. El objetivo es entender qué iniciativas formarían parte de lo que llamamos alimentación compartida, pero también ayudar a los ayuntamientos en la gobernanza de espacios de confluencia como pueden ser los consejos alimentarios locales, por un lado, y apoyarlos a la hora de identificar necesidades legislativas, por el otro. La futura herramienta tendrá una base de datos de más de 200 ciudades y estará en constante expansión.

 Terra pagesa

Uno de los actores que está participando en primera línea de este programa es Terra Pagesa, un proyecto pionero que facilita y fomenta la comercialización y el consumo de los productos agroalimentarios de proximidad y de temporada provenientes del pequeño y mediano campesinado de Cataluña. Terra Pagesa apuesta por el circuito corto de comercialización, reduciendo los intermediarios entre quien produce los alimentos y quien los consume. El único intermediario es el comercio de la tienda de barrio, la parada de mercado municipal y/o la empresa de restauración colectiva.

Esta iniciativa facilita que los productores y productoras catalanes/as, tanto de agricultura y ganadería ecológica como convencional, puedan establecer relaciones comerciales directamente con los comerciantes y empresas de restauración colectiva; y que los consumidores tengan acceso a producto de proximidad, local, de temporada y fresco. En este sentido, el proyecto facilita la estructura comercial, logística y de distribución necesaria para vender productos agroalimentarios de proximidad.

Foto: Mariona Gil

Primer año de CULTIVATE: la búsqueda de un lenguaje común

Durante el primer año, el foco principal ha sido generar un lenguaje común y compartido entre los diferentes agentes del proyecto, procedentes de más de 10 países europeos, que no siempre tienen la misma manera de entender los conceptos relacionados con la alimentación. También ha servido para hacer un mapeo en las ciudades de Utrecht, Milán y Barcelona con la finalidad de validar la definición común identificada y ver si se adaptaba a la realidad de las ciudades. Un equipo de investigación visitó una serie de iniciativas presencialmente para estudiar su viabilidad como su estructura. En paralelo, se ha llevado a cabo un análisis sobre la gobernanza y el estado actual de todo aquello que está relacionado con la alimentación compartida. Esto ha permitido diseñar el plan de trabajo y, a partir de abril, comenzar con la ejecución.

Todo este conocimiento generado formará parte de la plataforma online que se quiere publicar antes del cierre del proyecto en 2026 y que incluirá una calculadora de evaluación del impacto social y ambiental para iniciativas de alimentación compartida, una biblioteca de proyectos, una comunidad europea de iniciativas para compartir experiencias, y un mapa de iniciativas de alimentación compartida en toda Europa.

Estudio sobre la gobernanza de los huertos urbanos de Barcelona

Otro de los actores involucrados en el proyecto europeo es la Universidad de Barcelona que de la mano de las investigadoras Ana Moragues, Ingeniera agrónoma especializada en medio ambiente y doctora en economía agrícola, sociología rural y política alimentaria, y Amaranta Herrero, Doctora en Ciencia y Tecnología Ambientales, ha publicado este mes de junio un estudio sobre cómo se gestionan los espacios de agricultura urbana compartida, analizando el contexto barcelonés. Este estudio examina, por un lado, el marco normativo que afecta y condiciona la práctica de estas actividades, así como también incluye un mapa de actores implicados, y quiere entender el tipo de relaciones que se establecen entre los actores implicados en los huertos urbanos compartidos. A su vez se ha podido apreciar y describir la diversidad de proyectos de huertos compartidos que existen en la ciudad, y se han identificado quiénes son sus principales beneficiarios. Por último, se han determinado los principales obstáculos que dificultan la expansión de estas iniciativas y los elementos facilitadores que favorecen su éxito. ¿El objetivo? Ofrecer recomendaciones para el gobierno local, el sector privado y las iniciativas de agricultura urbana compartida para apoyar la expansión y mejora de los huertos urbanos compartidos en Barcelona.

huertos urbanos

Foto: Curro Palacios

Talleres de futuro

También la Universidad de Barcelona, en coordinación con el PEMB, organizó para el mes de abril los 'talleres de futuro' que forman parte del compromiso de CULTIVATE para fomentar el cambio positivo, en este caso, mediante el desarrollo de procesos de planificación estratégica local participativa. Estos talleres de escenarios seguirán a lo largo de 2024 y servirán para apoyar las iniciativas que participan en el proyecto para pensar y tomar acciones para avanzar hacia sistemas alimentarios más sostenibles. Con esta finalidad, un grupo formado por responsables políticos y profesionales relacionados con el intercambio de alimentos se reunirá en cada ciudad (Utrecht, Milán y Barcelona) para debatir en torno a un tema o reto predefinido en el ámbito de la alimentación. En el caso de Barcelona la pregunta de partida es:

¿Cómo debemos abordar, planificar y organizar el doble reto de la prevención de pérdidas y desperdicios de alimentos a la vez que se pueda garantizar el derecho a una alimentación saludable en la región metropolitana de Barcelona?

Se utilizarán escenarios para explorar y desafiar la viabilidad de planes concretos e inspirar más innovación. Estos talleres tienen como objetivo desarrollar carteras sólidas de acciones que puedan servir como plan de resiliencia ante futuros inciertos.

Vinculación del proyecto a la misión de alimentación del Compromiso Metropolitano

El rol facilitador del PEMB en implementar cambios e impulsar la innovación hace que su participación en el proyecto europeo permita absorber este conocimiento. Esta implicación es clave para conseguir los compromisos de la región metropolitana, especialmente la Misión de Alimentación Saludable, ya que el CULTIVATE contribuirá en cuatro medidas del Compromiso Metropolitano 2030:

  • Medida 2. Despliegue de los centros de intercambio de alimentación de proximidad.
  • Medida 6. Detección y promoción de estrategias de valorización de la producción de proximidad y ecológica, aprovechando sinergias con otras actividades económicas de la metrópoli.
  • Medida 9. Incorporación de la alimentación a los cartipas municipales y creación, donde sea necesario, de consejos alimentarios locales y de un consejo alimentario metropolitano.
  • Medida 12. Impulso de iniciativas que aseguren el derecho a una alimentación más saludable y sostenible para toda la ciudadanía, basadas en la garantía de rentas y el empoderamiento de las personas con un enfoque comunitario.

Conclusiones

Durante el 2024 hemos presentado el proyecto CULTIVATE en diferentes áreas del Ayuntamiento de Barcelona y hemos mantenido una comunicación constante sobre los resultados que se están consiguiendo. Hemos podido conocer experiencias como la el barrio comestible Rijnvliet en Utrecht con más de 220 variedades de plantas y frutas, cuidado y co-gestionado entre el ayuntamiento y los vecinos y vecinas; que pueden hacer libre uso de los alimentos que se producen. Volver a ver la alimentación con una mirada colectiva seguramente nos permitirá entender y consensuar qué es lo mejor para el conjunto de la sociedad y recordar cómo el valor de compartir nos gratifica de una forma más profunda que consumir de forma individual, al tiempo que nos fortalece como sociedad. La alimentación puede abrir camino para hacer entender a más sectores de la población la importancia de este retorno intangible y a partir de ello podemos transferirlo a otros sectores de actuación (como la vivienda, la movilidad, la vida digna, la acción climática etc.). La voluntad, a partir de ahora es también aprovechar los espacios de coordinación y confluencia que ya existen para poder difundir lo más eficazmente posible esta información con el objetivo de facilitar herramientas, contactos y conocimiento a los actores interesados de la región metropolitana. De cara al futuro, el PEMB podría ser un agente aglutinador para vehicular la participación de varios ayuntamientos y/o de la administración pública en proyectos europeos en formato de consorcio o coordinando un conjunto de agentes. 

Las opiniones de los autores y las autoras no representan necesariamente el posicionamiento del PEMB.

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