Los deberes pendientes de Barcelona, según los ránkings internacionales
- David Rodríguez - Secretario técnico del PEMB
- 16-07-2015
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Los rankings y las clasificaciones de todo tipo constituyen una importante fuente de literatura. Las ciudades y metrópolis tampoco escapan a esta tendencia. De hecho, hay tantos que incluso hay publicaciones que se han dedicado a listarlos, como es el caso de The Business of Cities.
Uno de los rankings que cuenta con una mayor reputación (y seguimiento) es el Global Power City Index (GPCI), elaborado por la Mori Memorial Foundation. Se trata de un índice muy exhaustivo que mide el potencial y fortalezas globales de una cuarentena de ciudades de todo el mundo, entre ellas Barcelona, utilizando 70 indicadores homogéneos. Además de medir las ciudades a partir de seis variables clásicas (economía, investigación, interacción cultural, calidad de vida, medioambiental y accesibilidad), también las valora en función de cómo las perciben cinco posibles grupos representativos de diferentes perfiles de ciudadanos (directivos, investigadores, artistas, turistas o residentes).
La última edición disponible corresponde al 2014. Londres, Nueva York y París, encabezan el ranking global. Si nos fijamos en las clasificaciones sectoriales, observamos que Tokio encabeza la clasificación con respecto a la economía, Nueva York en cuanto a investigación, Londres en cuanto a interacción cultural o accesibilidad y Ginebra en medio ambiente. Los directivos parecen estar muy a gusto en Londres, así como los turistas, mientras que - según el rànquing- la meca de los investigadores sería Nueva York. Tanto los artistas como los residentes elegirían París como primera opción.
Y qué pasa con Barcelona?
Ocupa un discreto 27º lugar en el ranking global. La causa la encontramos en los relativos malos resultados en la dimensión económica (38a), en la de investigación (33ª) o en medio ambiente (31º). Afortunadamente obtiene muy buenos resultados en calidad de vida (5º), y bastante buenos en interacción cultural (14º) o en accesibilidad (16º). En cuanto a los diferentes actores, sale 30ª a nivel de directivos y 36ª a nivel de investigadores. En cambio, ocupa el 8º lugar para los turistas y el 9º para los artistas.
En comparación con el 2012, primer año en que Barcelona entró en el ranking, la situación ha empeorado en términos relativos, ya que ese año ocupaba la decimotercera posición. Las razones de la caída se explican mirando los índices sectoriales. En aquella ocasión, por ejemplo, Barcelona figuraba en 24ª posición en investigación, la 6ª en interacción cultural o la 11ª en medio ambiente.
Todos los rankings, incluido éste, utilizan métricas que pueden ser más o menos discutibles. Por ejemplo, dentro de calidad de vida, el indicador que se utiliza es la densidad de población, un indicador que favorece mucho Barcelona porque la unidad de medida que se utiliza es la superficie del término municipal (98 km2). Por el contrario, en cuanto a medio ambiente, se utiliza el 'grado de cobertura verde', un elemento que penaliza Barcelona porque buena parte de Collserola está situada fuera del término municipal.
Sin embargo, los resultados tienen la virtud de certificar el diagnóstico que hacen muchos estudiosos o policy-makers: Barcelona es una gran ciudad en términos de calidad de vida, a pesar de que, en este sentido, es mejor valorada por los turistas que por los propios residentes; y también una gran ciudad en términos de interacción cultural, pero a la que le falta un poco más de músculo de investigación y, sobre todo, músculo empresarial (o mejor dicho, músculo de grandes empresas o instituciones).
David Rodríguez
Secretario técnico
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