Las opciones estratégicas de la RMB
Metrópoli Próspera
- Xavier Vives
- 09-02-2022
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La crisis económica inducida por la COVID-19 ha golpeado las áreas metropolitanas en todo el mundo y Barcelona y la región metropolitana de Barcelona (RMB) no son una excepción. Se ha puesto de manifiesto que el modelo inercial basado en servicios tradicionales, la atracción de turismo masivo con la marca Barcelona y el comercio, está agotado.
La pandemia es un gran acelerador de tendencias acentuando la moderación y potencial reversión parcial de la globalización, la penetración de la digitalización en la producción y el consumo y la necesidad de hacer frente a los retos del cambio climático y la disminución de la biodiversidad. Un futuro próspero, digital y verde implica poner la innovación, el conocimiento y el talento en el centro de la actividad económica. La escala de la región metropolitana debe ser un elemento clave para generar sinergias y retener y atraer a centros de decisión económica.
En este artículo se analizan las fortalezas y debilidades de la RMB, y se concluye planteando posibles estrategias y políticas de la región.
1. Introducción
La crisis económica inducida por el COVID-19 ha golpeado las áreas metropolitanas en todo el mundo y Barcelona y la región metropolitana de Barcelona (RMB) no son una excepción. De la crisis de 2007-2009 que originó la llamada Gran Recesión salimos con ajustes muy fuertes en términos socio-económicos que fomentaron la exportación de bienes y servicios, estos últimos impulsados también por el turismo. La actual crisis ha puesto de manifiesto que el modelo inercial basado en servicios tradicionales, la atracción de turismo masivo con la marca Barcelona y el comercio, está agotado.
La pandemia es un gran acelerador de tendencias acentuando la moderación y potencial reversión parcial de la globalización, la penetración de la digitalización en la producción y el consumo y la necesidad de hacer frente a los retos del cambio climático y la disminución de la biodiversidad. Un futuro próspero, digital y verde implica poner la innovación, el conocimiento y el talento en el centro de la actividad económica. La atracción de talento no será posible si no somos capaces de ofrecerle una elevada calidad de vida en la región. La escala de la región metropolitana debe ser un elemento clave para generar sinergias y retener y atraer a centros de decisión económica. Sin embargo, es necesario que la RMB defina su modelo económico en el marco de las tendencias globales, considerando la competencia existente entre áreas metropolitanas para atraer inversiones de alto valor añadido y talento.
2. Fortalezas y debilidades de la RMB
Entre los activos de la RMB cabe destacar una base industrial y de servicios diversificada, aunque mayormente tradicional. A esto se añade una tradición empresarial emprendedora con un segmento de empresas dinámicas orientadas al exterior, aunque en general de tamaño limitado. La Gran Recesión obligó a las empresas, sobre todo pequeñas y medianas, a transformar sus modelos de negocio e internacionalizarse para sobrevivir (mientras que cerca de un 60% de empresas innovadoras exportan sólo un 20% de las no innovadoras lo hacen). A esto hay que añadir el elevado potencial logístico que supone el Mediterráneo.
La RMB tiene un nivel aceptable, aunque mejorable, de capital humano y una red de centros de investigación y enseñanza de excelencia internacional, destacando especialmente el potencial en ciencias de la vida y los centros médicos, activos en alza en un mundo post pandemia. Al mismo tiempo hay que considerar la marca Barcelona, muy fuerte internacionalmente como sinónimo de calidad de vida (con una ubicación y clima privilegiados), y una ciudad que los profesionales, en particular de startups digitales y sectores tecnológicos, la valoran como lugar para vivirlo y trabajar.
La RMB también tiene puntos débiles importantes. Tiene una especialización y dependencia excesiva del turismo masivo y servicios asociados a éste como motor de actividad y empleo. El turismo fue un eslabón de salvación de la ciudad después de la Gran Recesión pero ahora no lo será a medio plazo y su papel está cuestionado.
La RMB tiene un nivel global de innovación empresarial bajo, y una dependencia de sectores industriales como el automóvil en plena transformación y que ya han sufrido deslocalizaciones relevantes en el siglo XXI. El caso de Nissan, que aportaba en torno al 7% del PIB industrial de Catalunya y del que dependían miles de trabajadores, es paradigmático. Mientras en el año 2000 el valor añadido bruto industrial representaba un 27% del total por llegar, por encima de países como Italia o la eurozona, la última década ha representado el 19%, en línea con las dos áreas mencionadas, y con una empleo industrial del 16%, por debajo de Italia. La industria sigue siendo sin embargo un sector que impulsa la innovación representando en torno al 60% del gasto en I+D de las empresas y es importante como fuente de crecimiento de la productividad.
La evolución de la productividad total de factores (PTF) en Cataluña ha estado muy por debajo de economías como la de Alemania y de la Eurozona desde el año 2000. Entre los factores que explican el bajo dinamismo de la productividad destacan un modelo productivo con un peso importante de servicios de poco valor añadido, reducido tamaño de la empresa, un modelo educativo que no da respuesta a las necesidades del mercado laboral, una regulación que favorece la dualidad del mercado laboral, carencia de competencia en determinados sectores y mercados, un bajo nivel de inversión en I+D agravada después de la Gran Recesión (sobre todo del sector privado), así como, en general, una baja inversión en activos intangibles (como la formación de los trabajadores, software, bases de datos y estructura organizativa y de gestión). A todos estos elementos hay que añadir la poca transferencia de conocimiento de los centros de investigación a las empresas, como muestra el bajo número de patentes por habitante, y la carencia de suficientes instrumentos de mercado de financiación.
Las infraestructuras y la formación son dos elementos importantes para impulsar la productividad y el crecimiento. En cuanto al primero, la fase de crecimiento que terminó con la Gran Recesión hizo aparente la existencia de importantes cuellos de botella en materia de infraestructuras (puerto, aeropuerto, ferrocarril, transporte local) con problemas graves de congestión, retrasos y niveles de polución muy elevados. En cuanto a la educación, existe una Universidad y sistema científico dominados por la burocracia y una política de I+D que ha favorecido más la fragmentación que la consolidación de masa crítica en áreas clave. Al mismo tiempo para impulsar la PTF es necesario evitar regulaciones que impidan el crecimiento de las empresas, favoreciendo así la aparición de multinacionales de raíz local.
Estas carencias constituyen problemas generales en Cataluña y España. Rigideces en el sistema de relaciones laborales; competencia insuficiente en el sector servicios; un sistema educativo con problemas graves en la educación primaria y secundaria, inadecuada formación profesional; o el uso ineficiente de la energía hacen que el proceso de reasignación de recursos, y de entrada en sectores económicos emergentes y salida de los sectores en declive, sea pesado. Cabe notar además que los costes de salida de una actividad constituyen una barrera entrada en la misma al ser anticipados por los actores económicos.
3. Estrategia y políticas regionales
Hay consenso en que el desarrollo económico en la RMB se base en el conocimiento y la innovación como fuentes de crecimiento de la productividad.
En el triángulo clásico de objetivos de una economía que quiere ser competitiva, verde y segura (en el sentido de tener garantizados los suministros esenciales) se añade en un escenario post-COVID ser resiliente a las perturbaciones, ya sean generadas internamente ( crisis) o externa (epidemia) en el sistema económico. Barcelona debe aprovechar el tamaño de su área metropolitana para alcanzar economías de escala y alcance, mantener y ensanchar la diversificación de sectores económicos, e impulsar la innovación y experimentación en actividades diferentes. En una estrategia de diversificación juega un papel fundamental la industria, entendida en un sentido amplio incorporando a los sectores digitales y de servicios avanzados configurando la industria 4.0.
El escenario post-COVID plantea retos y oportunidades. El acercamiento de las cadenas de producción por la moderación y potencial reversión parcial de la globalización, la creciente automatización, y los objetivos de lucha contra el cambio climático nos dan la oportunidad de atraer industria limpia a Cataluña, ya la RMB en particular. Para ello necesitamos definir una estrategia industrial ambiciosa. La marcha de Nissan debería servir como alerta y catalizador. La reestructuración mundial de la industria del automóvil por el cambio hacia el vehículo eléctrico ponen al sector (segundo sector industrial de la economía catalana en facturación, detrás de la alimentación), en el ojo del huracán. La lucha es por quien controla la generación de valor, que no estará tanto en el hardware como en software (coche autónomo con inteligencia artificial, 5G) y el conjunto de activos complementarios necesarios como las baterías. El anuncio de SEAT sobre la producción del coche eléctrico en Martorell es esperanzador.
Se necesita una política industrial moderna que entronque con el esfuerzo europeo para no quedarse atrás en sectores tecnológicos cruciales como la inteligencia artificial (IA), el 5G o la producción de baterías donde EE.UU. y China son líderes. Hay que considerar políticas que favorecen a un conjunto de actividades que el sector público puede ayudar a coordinar (el coche eléctrico es un buen ejemplo), proporcionar las infraestructuras necesarias, o aportar fondos de capital semilla para financiar el desarrollo de las innovaciones. En particular, es necesario potenciar las aglomeraciones de localización de actividades científicas y de transferencia de tecnología para que alcancen demasiada crítica suficiente, y generen externalidades positivas impulsando la innovación tal y como ha ocurrido en Silicon Valley y Boston en EE.UU. o Cambridge en Reino Unido. Todas estas áreas se caracterizan por la gran concentración de talento que atrae a más talento, permitiendo crear distritos innovadores. Las instituciones locales pueden facilitar mucho la inserción del talento foráneo con políticas de vivienda, educativas, residencia y transporte (aeropuerto internacional en particular). Además deben facilitar la iniciativa empresarial de las universidades y centros de investigación para favorecer la transferencia de conocimiento.
. Sus sedes empresariales generan un tejido de servicios y un mercado de trabajo de alta calificación con economías de aglomeración. Tener centros de decisión locales es todavía hoy más importante en un entorno de potenciales oportunidades de reshoring de actividades. Por eso es necesario estabilidad institucional, muy buenas conexiones con el mundo con un aeropuerto que permita ser hub de vuelos de largo radio, y un trato fiscal competitivo por rentas salariales altas en nuestro entorno que también es fundamental para atraer talento innovador (pensamos no sólo con la competencia de Madrid sino también de Lisboa o Milán). Un obstáculo adicional a la ciudad-sede por la RMB es que las empresas de sectores regulados quieren estar cercanas a los organismos reguladores ya los grandes compradores públicos, así como de los servicios que las rodean. Esto indica que las posibilidades de la RMB residen en sectores competitivos y en empresas en crecimiento en el sector tecnológico.
En cuanto al sector turístico, nos hace falta un plan de reconversión sectorial que debe ir ligado a una mayor ambición cultural de Barcelona para atraer visitantes de mayor poder adquisitivo. El objetivo no puede ser maximizar el volumen de turistas sin tener en cuenta las externalidades negativas que genera cierto tipo de turismo low cost. Este tipo de turismo aboca a las ciudades a un círculo vicioso donde los bajos precios llevan a una degradación de los servicios y de la ciudad, que hace bajar más los precios y aumenta aún más el volumen. Romper este círculo para convertirlo en un círculo virtuoso no es fácil porque es necesario compromiso a largo plazo de los sectores público y privado, tasas y regulación adecuadas, orden público, e inversión en infraestructura física y cultural. El círculo virtuoso es necesario para mantener una marca Barcelona de calidad, la Barcelona del modernismo, los centros de investigación y los educativos, los buenos hospitales, las industrias tecnológicas. Una Barcelona que es atractiva por congresos, convenciones y turismo de negocios.
La atracción de talento, imprescindible tanto por la ciudad-innovación como por la ciudad-sede, y de mejor turismo requiere también de un aeropuerto con carácter hub de largo radio, y que la calidad de vida de Barcelona sea excelente. No es suficiente con el clima, y con preservar el legado arquitectónico y la estética característica de la ciudad, donde la centralidad del Eixample como escaparate, bandera y elemento nuclear de Barcelona es evidente. También hay que superar la degradación ambiental (Barcelona tiene niveles de contaminación atmosférica y de ruido muy elevados), potenciando los métodos de transporte limpios como los vehículos eléctricos, y la degradación social (exclusión y delincuencia que genera alarma social). La ciudad debe aprovechar la tecnología digital para hacer de Barcelona una ciudad verde.
Algunas tendencias favorecerán una mayor distribución territorial de la actividad económica en la RMB. La primera es que en un mundo post-COVID el teletrabajo será más generalizado y por tanto se podrá vivir en zonas menos congestionadas. Esta tendencia se reforzará si existen mejoras en el transporte de cercanías. Aún así el contacto personal permanecerá importante y la centralidad de Barcelona ciudad no se perderá al imponerse modelos híbridos (virtual y presencial) de formas de trabajo, muy importante en la economía del conocimiento, y por su atracción como capital turística y cultural. La industria y el sector logístico que requiere más espacio tenderá a localizarse fuera del AMB y dentro de la RMB, por la importancia de su proximidad donde se encuentran las grandes aglomeraciones de población e infraestructuras, y en todo caso la calidad vida del entorno y las facilidades de transporte pesarán en las decisiones de localización.
Toda reconversión tiene un coste y la debilidad fiscal de Cataluña y España limitan en general la capacidad de actuación del sector público. Los fondos europeos Next Generation pueden ayudar a paliar los costes de la reconversión y facilitar la transición, pudiendo ser transformadores siempre que vayan acompañados de las reformas estructurales necesarias para que levanten la productividad de la región.
Los proyectos transformadores requerirán un gran esfuerzo de colaboración público-privada que coordine las acciones de ambos sectores para alcanzar los objetivos deseados en connivencia con la sociedad. Industria, universidad/centros de investigación y gobierno deben actuar coordinadamente en un marco social donde los objetivos son comunes y asumidos. Un obstáculo a superar es la polarización política que se convierte en paralizante pues bloquea toda capacidad de compromiso en las infraestructuras y políticas fundamentales.
Para alcanzar los objetivos de desarrollo basados en la innovación y el conocimiento, y conseguir la transformación del modelo industrial y de servicios tradicional (incluido el turismo) y atraer sedes empresariales, es necesaria la escala de la RMB (los 164 municipios que constituyen la séptima potencia de PIB metropolitano en Europa). Esto es así por la necesidad de tener infraestructuras integradas, servicios comunes y una planificación regional. Por ejemplo, la carencia de vivienda de alquiler social, cuello de botella crucial para el desarrollo equilibrado e inclusivo, sólo se puede solucionar con inversión con colaboración público-privada en la RMB, así como un buen funcionamiento de la red de cercanías. Es necesaria también escala para superar la doble condición periférica de la RMB en términos de falta de centralidad económica en Europa (en relación al centro geoeconómico europeo con deriva hacia el hinterland de Alemania en el Este) y política en España. Para conseguirla es necesaria una gobernanza armónica de la región donde los intereses globales pasen por delante de los particulares, sectoriales o más locales, y se eviten las situaciones de bloqueo en la necesaria toma de decisiones. Un obstáculo evidente es que esta instancia de gobierno de la RMB por ahora no existe.
Algunos ejemplos de objetivos posibles de la RMB:
- Convertir el AMB/RMB como una aglomeración de investigación y formación avanzada entre las 5 líderes de la UE reforzando los sectores punteros.
- Atraer a la RMB uno de los ecosistemas del coche eléctrico que se desarrollarán en Europa.
- Ofrecer el conjunto de factores complementarios que permitan atraer y retener a la RMB el talento tanto individual (e. g. teletrabajo, investigación) como corporativo (centros de I+D, servicios avanzados) de las nuevas tecnologías y plataformas digitales.
- Consolidar el aeropuerto por vuelos de largo radio con conexión de alta velocidad ferroviaria.
- Potenciar las industrias creativas y la oferta cultura de alta calidad (museos, música, teatro, ...) en Barcelona.
- Desarrollar un parque de vivienda de alquiler social en la RMB comparable a los estándares europeos en el horizonte de 2030.
El modelo económico en el horizonte de 2030 por la RMB deberá ser diversificado, resiliente, compatible con la lucha contra el cambio climático, abierto al mundo y equilibrado desde el punto de vista social. Debe estar basado en el conocimiento y el capital humano para atraer talento y empresas en sectores competitivos en un entorno de alta calidad de vida. El modelo Barcelona no puede ser otro que el de una ciudad óptima para vivir y trabajar.
Para saber más, puedes encontrar otros documentos relacionados con la metrópoli próspera aquí, donde también podrás consultar el paper original entero de este artículo.
Las opiniones de los autores y las autoras no representan necesariamente el posicionamiento del PEMB.