La receta de la bicicleta metropolitana
Proyectos en desarrollo para hacer de este medio una pieza más del transporte en la Región Metropolitana de Barcelona
- Nel·la Saborit - Gabinete técnico del PEMB
- 03-06-2019
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La evolución al alza del uso de la bicicleta en Barcelona es un hecho. Un hecho que ha costado más de 10 años implementar, y que en los últimos años se ha consolidado.
En el siguiente gráfico se puede ver la evolución del uso de la bicicleta en la ciudad de Barcelona.
De todos modos, esta tendencia no se ha dado en el resto de la Región Metropolitana de Barcelona. Y la pregunta es: ¿Qué ha hecho Barcelona que no se ha hecho en su región metropolitana? La receta es básica y conocida y se ha estado implementado en la mayoría de los territorios con el coche desde los años 40. La formula iría de la siguiente manera:
- Red de vías mallada, jerarquizada según el tipo de trayecto
- Vehículos al alcance de todos y todas
- Vías diseñadas en exclusiva para estos vehículos
- Lugares de aparcamiento gratuito en las zonas de residencia y de trabajo
- Unas normas de circulación comunes y una infraestructura con criterios unificados
Y todo esto con el impulso de la iniciativa pública
En el ejemplo del coche, todos estos hitos se pueden encontrar con una cronología más o menos común alrededor del mundo occidental. Y si concretamos en el Estado Español, los hitos serían los siguientes:
1940 – 1950
>'Plan Peña” y Plan de Modernización de las Carreteras Españolas. Con estos dos planes se establecieron los criterios de nomenclatura, se jerarquizaron las carreteras existentes y se planificaron aquellas que necesitaban mejoras al establecerse como ejes de alta capacidad.
1950 – 1960
>Creación de la SEAT a través de una iniciativa pública, el INI (Instituto Nacional de Historia). Aparición de los primeros utilitarios (SEAT 600) y de formas de financiamiento para la clase media.
>Creación de la DGT. La creación de esta dirección permitió establecer una normativa de circulación comuna.
1967
>Programa REDIA (Red de Itinerarios Asfálticos). Este programa estableción unos criterios unificados de obligado cumplimiento para la infraestructura viaria española.
Y todo esto acompañado de grandes esfuerzos de la mayoría de las ciudades para fomentar el tráfico de coches: restricción de las zonas de peatones, eliminación de tranvías, soterramientos ferroviarios y facilitación del aparcamiento en vía pública de cualquier vehículo a motor. No es hasta los años 80 que se empiezan a implementar sistemas de estacionamiento regulado en la calzada.
Por lo tanto, para la bicicleta metropolitana, ¿Cuál sería la receta adecuada? Pues una posible versión ya aparece en el tan olvidado Plan Estratégico de la Bicicleta de Cataluña (2008-2012) que definía estos pasos a seguir entre sus ejes estratégicos básicos:
- Elaborar un inventario de todos los caminos y vías susceptibles de ser carriles bici o vías ciclables
- Impulsar la construcción de una red de 1200 quilómetros de carriles bici
- Crear un manual de diseño para la construcción de la red: características geométricas, alumbrado, estacionamiento y señalización
- Crear una normativa que regule todos los aspectos referentes a la bicicleta y a las nuevas vías previstas
- Establecer espacios seguros para la guarda y custodia de bicicletas
- Impulsar la compatibilidad del Bicing de diferentes ciudades
Pese a ser un plan poco ejecutado, poco a poco y desde diferentes organismos, se han ido haciendo pasos para el desarrollo de estos ejes estratégicos.
Con el fin de construir una red ciclable, son destacables dos proyectos: uno referente a la RMB y otro referente a los 36 municipios del AMB. El primero, “Definición de la red ciclable metropolitana de Barcelona y actuaciones de mejora en ámbito interurbano”, del año 2012, fue encargado por la ATM para definir una posible red ciclable jerarquizada en la RMB e inventariar el estado actual de los itinerarios definidos. A partir de este documento, desde el AMB, se desarrolló el proyecto BICIVIA, un proyecto que ya establece una red principal para los 36 municipios del área metropolitana. Esta red, además, establece unos criterios de diseño, así como una nomenclatura común.
En lo referente al resto de herramientas para fomentar la movilidad en bicicleta, el Plan Metropolitano de Movilidad Urbana traduce en medidas a desarrollar todos los objetivos estratégicos citados anteriormente.
- MEDIDA 7. Extender la red metropolitana para bicicletas (Bicivia)
- MEDIDA 8. Identificar y señalizar los itinerarios ciclables
- MEDIDA 9. Extender la red de aparcamientos del Bicibox
- MEDIDA 10. Implantar la bicicleta pública metropolitana
- MEDIDA 25. Mejorar el diseño de los carriles bici existentes
- MEDIDA 26. Definir e implantar un código de señalización urbana para la circulación de bicicletas
- MEDIDA 28. Implantar instalaciones complementarias de los espacios para uso de la bicicleta
- MEDIDA 81. Llevar un seguimiento de la demanda de bicicletas
Más allá de estas medidas, y en la línea de homogeneizar las normativas de uso y circulación de las bicicletas, en mayo de 2018 se hizo la primera sesión de trabajo sobre Ordenanzas de la Bicicleta.
Otro de los puntos es el uso de la bicicleta para los desplazamientos a los polígonos de actividad económica, que supone uno de los grandes retos a alcanzar dentro del cambio necesario en la movilidad metropolitana, y en el cual se trabaja tanto desde el AMB, con el proyecto BICIEMPRESA, como desde la Diputación de Barcelona, con el impulso para el desarrollo de los planes de movilidad de los polígonos industriales.
Finalmente, y a la espera de la aprobación y publicación del pdM y del PDI de la ATM, y haciendo el seguimiento de los documentos generados durante la fase de redacción, seguro que contendrán las medidas necesarias para escalar aquellos proyectos que han funcionado tanto en Barcelona como en los 36 municipios del AMB.
De todas formas, será necesario un tiempo para poder concretar todas estas medidas, coordinarlas a nivel región metropolitana y llegar a acuerdos con todos los actores implicados para acabar de implementarlas. Eso sí, al menos podemos comprobar que las bases y estrategias son las correctas y que, una vez implantadas, estas medidas suponen grandes aumentos del uso de la bicicleta. Será pues tiempo de ir viendo su evolución y medir su éxito.
Las opiniones de los autores y las autoras no representan necesariamente el posicionamiento del PEMB.