Futuros de los trabajos

Hace tiempo que el PEMB sigue con atención los debates y tendencias sobre el futuro del trabajo. En enero de 2017 ya hablábamos de 'Futuro del trabajo y educación expandida en la Barcelona metropolitana'. Un año después, en febrero de 2018, en #LaMetro 'Cómo trabajar? Del puesto de trabajo a la plataforma ', decíamos que' Hay que definir un nuevo pacto social que responda a las nuevas condiciones del mundo del trabajo '. Nos preocupan, o ocupan, las cuestiones relacionadas con quien trabajará, cómo y dónde.

Futuros de los trabajos

Futuro del trabajo, o futuros de los trabajos, como dicen en el Reshaping Work Barcelona, jornadas de dos días organizadas por Ouishare para debatir y reflexionar sobre cómo las plataformas digitales suponen cambios en la manera de relacionarnos y, sobretodo, de trabajar. Futuros de los trabajos en plural porque, si sólo hubiera un futuro posible, significaría que está determinado y que no tendría sentido preocuparse, y porque tampoco hay una sola manera o un único tipo de trabajo.

Pues bien, bajo el lema 'Futuro (s), trabajo (s) y un nuevo contrato social' los días 26 y 27 de septiembre se celebró el reshaping Work, con invitadas e invitados de lujo. Curiosamente, iniciaron y cerraron las jornadas con mucha luz.

La conferencia inaugural estuvo a cargo de la doctora en Derecho y Profesora de Derecho del Trabajo en la UCLM, Luz Rodríguez. La conferencia final, la dió la consejera Especial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), María Luz Vega Ruiz..

Una de las ideas principales de la doctora Luz Rodríguez era la de expandir los derechos laborales y la protección social, más allá de la actual consideración jurídica de las personas trabajadoras. Según su opinión, existe una controversia en todo el mundo sobre si las personas que tienen trabajos a través de las plataformas digitales deben ser consideradas asalariadas o autónomas.

Puede leer un excelente artículo en la nueva revista digital sobre Justicia Social y Trabajo Decente: Tripalium. No confundir con el instrumento de tortura de la Antigua Roma. O sí. Luz Rodríguez ironizaba sobre las sentencias a favor y en contra de considerar trabajadoras o autónomas a las personas que realizan trabajos a través de las plataformas digitales, como si fuera un partido de fútbol: ahora vamos 2 a 1, ahora 5 a 3, etc . Y quien está  ganando? Tal vez la pregunta es la inversa: quien pierde?

En el hashtag #RWBCN19 se puede seguir lo más destacado de las jornadas. Mis titulares favoritos - más por obvios y necesarios que por novedades - son los siguientes: “si consumimos low cost, generemos trabajo low cost” y 'es necesario un gran diálogo, entre todas las partes, para ver cómo reinventamos el contrato social'. Ya nos lo advertía hace casi doscientos años el filósofo Henry David Thoreau: 'son sólo medios mejorados al servicio de una finalidad sin mejorar'.

Donde sí presentaba novedades el reshaping Work era en el formato de alguna de las mesas de debate en las que se sentaron en la misma mesa personas que usaban las plataformas para trabajar, con los CEO's de las mismas. Una de estas mesas fue especialmente emotiva e ilustrativa.

En la mesa 'La economía de los cuidados' - tal como señala Ricard Espelt - se vio satisfecho, nuevamente, el clásico: 'una imagen vale más que mil palabras': Las trabajadoras del hogar y los cuidados están a cargo de las mujeres migrantes, y los gestores de las plataformas son los hombres. Las experiencias que compartieron deberían hacernos reflexionar: trabajo esclavo, más horas que un reloj, salario mínimo, barreras de entrada desalentadoras, acoso sexual, etc. Y, con todo, seguían entrando en las plataformas.

Como decía, el punto final lo puso la consejera Especial de la OIT que reclamaba que, más que la necesidad de un nuevo contrato social, tal vez lo que necesitamos es actualizar lo que tenemos, que descansa sobre los valores fundacionales de la propia OIT, que pone a las personas en el centro, tal como dice su “Hoja de ruta para un futuro centrado en el ser humano”.

Revisando lo que dice la OIT, siempre está bien ver qué dicen las grandes organizaciones mundiales sobre las temáticas en cuestión, lamento que no cuestione el paradigma dominante cuando afirma que 'es preciso crear 344 millones de puestos de trabajo, además los 190 millones de empleos necesarias para poner fin al paro actual '. Me explicaré:

En el documento publicado este mismo 2019: 'Trabajar para un futuro más prometedor”, podemos ver la siguiente infografía.

 

 

 

Es una infografía que permite ver que la organización del trabajo, a nivel global, no tiene sentido. Si contraponemos los siguientes datos:

  • 190 millones de personas están desempleadas, de las que 64,8 millones son jóvenes
  • 36,1% de la mano de obra mundial trabaja demasiadas horas (más de 48 horas semanales)
  • 300 millones de personas trabajadoras viven en la extrema pobreza (menos de 1,9 dólares al día)

Vemos que hay desempleo extremo mientras que un gran porcentaje trabaja más horas de las que debería mientras que, no por mucho trabajar, se sale del umbral de la pobreza.

Que la OIT hable de crecimiento de la ocupación hasta el punto de que haya empleo para todos, cuando hace estudios sobre la correlación bilateral entre la ocupación y crecimiento del PIB, debería hacernos sospechar que no cuestiona el paradigma dominante: cuanto más empleo y más PIB, mejor.

Ya sabemos, porque lo decía Pepe Rubianes, que el trabajo dignifica, pero quizás no es necesario ni deseable que todas las personas del mundo en edad de trabajar, trabajen. Sobretodo si la ocupación está tan fuertemente correlacionada con el aumento del PIB actual, tan cómodo como está dentro de la lógica 'extracción - transformación - consumo - residuo'. Un aumento de la ocupación implicará más presión sobre los recursos naturales. ¿Para cuándo un debate serio sobre la renta básica universal?

En cualquier caso, el PEMB sigue estando presente en estos debates, apoyándolos, incentivando para que se hable del tema y estudiando como incorporarlos en el nuevo plan estratégico. En este sentido, pasamos de las plataformas digitales a la economía de plataforma. Y, muy cerca de ella, casi que confundiéndose: la colaborativa. Es decir, estamos hablando de Glover pero también de Mensakas que, de hecho, ya encaja mejor con la parte colaborativa de la economía colaborativa.

Pero, detalle curioso: la economía de plataforma, aunque nos empiece a sonar, aún no tiene página web en catalán en la wikipedia. De hecho, tampoco está en castellano. Está en inglés, francés, finés y lo que supongo, según dice el traductor, es ruso. Es este un indicador del nivel de desarrollo de esta temática en diferentes territorios? Los artículos en la wikipedia?

Sea como sea, también estamos colaborando con el centro de investigación DIMMONS, que del 19 al 21 de noviembre organiza el Sharing Cities Stand Lab, en el marco de la Smart City Expo World Congress. DIMMONS da vida al proceso de trabajo iniciado en 2016 con la primera cumbre de ciudades colaborativas y que el año pasado se consolidó en la Declaración de las Sharing Cities, firmada por 50 ciudades. Doble objetivo este año: conseguir sumar más ciudades a la Declaración, y construir entre todas el Plan de Acción 2020 para la Economía de Plataforma y Colaborativa.

Ahora estamos aquí, intentando sumar más ciudades del territorio metropolitano en las políticas públicas en el ámbito de la economía de plataforma y colaborativa, tan transversal que afecta a todos los sectores y los más cruciales para las personas y las ciudades: desde la movilidad hasta los cuidados, pasando por la alimentación o el turismo.

 

 

Las opiniones de los autores y las autoras no representan necesariamente el posicionamiento del PEMB.

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