El legado de la Capitalidad Europea de la Democracia
Barcelona culmina su etapa como primera ciudad en ostentar este título, marcando un hito en innovación participativa y aprendizaje metropolitano
Esta primera edición tuvo como objetivo abrir un debate ciudadano sobre los retos de la democracia frente a futuros inciertos, fomentar la participación ciudadana inclusiva y la colaboración institucional con la mirada amplia de una ciudad de 5 millones de habitantes. Durante 14 meses (septiembre de 2023 a noviembre de 2024), Barcelona y la región metropolitana acogieron más de 100 actividades relacionadas con la democracia, involucrando a 20.000 participantes de toda Europa. Estas actividades incluyeron conferencias, talleres, y procesos participativos, entre otros.
Como breve resumen, la Capital Europea de la Democracia (ECoD, por sus siglas en inglés) es un proyecto impulsado por The Innovation in Politics Institute (IPI) que busca establecer un espacio de reflexión y visibilidad donde la ciudadanía europea pueda encontrarse, implicarse y experimentar nuevas formas de democracia participativa e inclusiva. En 2022 el IPI lanzó una amplia convocatoria a ciudades europeas a presentar sus candidaturas con los mejores ejemplos en innovación democrática. Luego vino un proceso de selección que contó con un jurado experto y un jurado ciudadano paneuropeo y terminó con la selección de Barcelona en enero de 2023 para ostentar el título de Primera Capital Europea de la Democracia.
Actividades como el ‘Decidim Fest', el ‘Democracy Lab' o la game jam ‘Truth, Lies & Democracy' son ejemplos clave de cómo la Capital Europea de la Democracia conectó Barcelona con la experimentación y la innovación democrática. A través de estos espacios, se abordaron cuestiones como los retos democráticos planteados con la irrupción de la inteligencia artificial, la participación democrática en las políticas digitales o las estrategias para enfrentar la desinformación y combatir las fake news. Estas iniciativas no solo se plantearon desde una perspectiva teórica, sino también mediante proyectos concretos y situados, que involucraron a expertos, responsables europeos de políticas digitales y comunidades de desarrollo.
Más de 100 actividades y 20.000 participantes
Por ejemplo, la game jam ofreció una oportunidad única para que equipos de toda Europa desarrollaran propuestas interactivas de videojuegos que mostraran cómo la desinformación afecta nuestra vida diaria y qué medidas podemos tomar para combatirla. Los equipos de desarrolladores y desarrolladoras recibieron mentorías tanto de expertos en desinformación como de especialistas en la industria y en el desarrollo y diseño de videojuegos. Además, tuvieron la posibilidad de presentar sus prototipos delante de empresas. La industria de los videojuegos es la más rentable de todas las industrias del entretenimiento. Es un poderoso medio de comunicación donde millones de personas de todas las edades y procedencias se reúnen para divertirse y jugar. Pero, como todos sabemos, todo el potencial transformador suele ser engullido por la codicia de dinero y de poder. Ser capaces de utilizar una herramienta tan poderosa y hermosa como los videojuegos para crear un juego destinado a fortalecer nuestras sociedades y democracias es por lo que se desplegó la game jam 'Truth Lies&Democracy'. Un evento que está ahí, listo para ser escalado y replicado.
A su vez, el ‘Democracy Lab' permitió que servidores públicos de toda Europa intercambiaran ideas y trabajaran juntos para encontrar soluciones a los desafíos democráticos compartidos en materia de políticas y derechos digitales. Estos espacios de colaboración son fundamentales para crear vínculos entre ciudades, investigadoras y la ciudadanía, impulsando una democracia más inclusiva y participativa. Es importante que las administraciones trabajen para dar voz directa a la ciudadanía en el desarrollo de servicios, especialmente digitales, que tengan un impacto positivo en sus vidas, y Barcelona se ha consolidado como un referente internacional en este ámbito.
Los procesos participativos como ‘Volem Decidir!' y la ‘Asamblea Metropolitana Manifesta' han sido fundamentales para conectar con la ciudadanía y comprender sus inquietudes. 'Volem Decidir!' ha involucrado a 700 niños, niñas y adolescentes de la ciudad, provenientes de escuelas e institutos públicos, concertados y privados, como también de niños y niñas con necesidades especiales, dándoles la oportunidad de expresar su voz sobre cómo desean participar en la ciudad y, al mismo tiempo, poniendo de manifiesto sus preocupaciones sobre temas que les afectan, como el acoso escolar (bullying), la pobreza, el acceso a la vivienda y la desinformación. Los resultados han sido sorprendentes y, sobre todo, concretos, trazando una hoja de ruta para la participación infantil y adolescente y demostrando que su voz es esencial para construir una ciudad más democrática. El proceso, su metodología y los materiales para implementarlo pueden ser escalables a cualquier ciudad del ámbito metropolitano que quiera desplegar un proceso participativo de esta naturaleza.
La Asamblea Metropolitana Manifesta, con la participación de doce municipios de la región, ha trabajado intensamente en la formulación de una Declaración que recoge los objetivos culturales y ecológicos necesarios para mejorar la participación ciudadana en el diseño de las políticas culturales metropolitanas. Todos estos esfuerzos demuestran que se está construyendo un modelo que fomenta la colaboración entre instituciones, el sector cultural y la ciudadanía en el marco de un espacio tan relevante como Manifesta 15, posicionando a Barcelona como catalizador de nuevos procesos democráticos a nivel Metropolitano.
Fotografía 'Democracy Lab' celebrado en el Canòdrom el 17 al 19 de septiembre de 2024
Un legado también a nivel metropolitano
Un aprendizaje que se desprende de este proceso es que la propia conciencia de una identidad metropolitana y de esta dimensión territorial requiere de pedagogía. Los desafíos y la realidad están allí, pero aún nos falta como ciudadanía integrar esta mirada y ver que cómo día a día formamos parte de esta ciudad de 5 millones, cuyos problemas y virtudes compartimos. Una vez que hayamos conseguido integrar esta mirada, procesos participativos como la Asamblea Manifesta, serán de gran riqueza para nutrir el debate con ideas diversas y desde perspectivas que engrandecen nuestros territorios.
No podemos perder de vista una valoración del coordinador general del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona (PEMB), Oriol Estela: “El reto que tenemos, y que asumimos como legado para seguir trabajando una vez cerrada la capitalidad, es construir fórmulas de integración a partir de las cuales llevar a cabo procesos participativos que abarquen todo este territorio, puesto que muchos de los principales retos urbanos que enfrentamos hoy en día deben abordarse desde esta escala”.
Tenemos bastante debate sobre la dimensión europea, también sobre la mirada autonómica, pero hay un imaginario de lo que vivimos en nuestro día a día que nos falta encarnar en verbo y fortalecer. Somos una ciudad mucho más grande, que requiere de ideas para 5 millones de personas. Uno de los aprendizajes de la ECoD Barcelona es la importancia de federar los esfuerzos y los recursos en pos de una democracia eficiente. Son posibles los procesos y las soluciones a problemáticas colectivas desde una colaboración interinstitucional. Agentes como el PEMB, han de facilitar estas colaboraciones para agilizar, optimizar y enriquecer la puesta en común de conocimiento, con la mirada puesta en una gran ciudad metropolitana.
No es baladí que Barcelona haya sido seleccionada como Capital Europea de la Democracia. Es importante recoger este testigo y trabajar en un legado que no sea solo un programa de actividades acontecido en un periodo de 14 meses, si no cuidar el debate democrático, promoverlo, hacerse cargo de las tensiones que se dan en la ciudad y seguir generando conversación, ideas y proyecciones que fortalezcan la resiliencia en nuestra democracia para hacer frente a las constantes amenazas que la acechan.
Barcelona seguirá siendo la capital de todas las cosas. Pero está es nuestras manos, en nuestras administraciones y en nuestra clase política, el recoger este programa y sus conclusiones e integrarlo con grandeza en la planificación democrática que merece nuestra ciudadanía.
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