Diplomacia metropolitana, científica y cultural (Parte 3)

Metrópoli abierta

El Briefing aborda tres preguntas clave para el posicionamiento y la proyección internacional de la Gran Barcelona: (1) cómo la región metropolitana puede beneficiarse de la visibilidad internacional de la ciudad de Barcelona; (2) cómo se puede ampliar la diplomacia científica, tecnológica y de innovación de la ciudad promovida por el Barcelona Science Technology and Diplomacy Hub (SciTech DiploHub), a la región metropolitana; y (3) cómo se puede trabajar en una estrategia de diplomacia cultural para la Gran Barcelona que aproveche la experiencia del SciTech DiploHub?
La reflexión explora el posible posicionamiento de Barcelona como un hub en ámbitos de alto valor añadido, como puede ser el digital que se proyecta a escala global por su apuesta por el humanismo tecnológico, y recomienda la formulación de una estrategia de internacionalización de medio y largo plazo que trascienda el municipio y que genere un consenso entre todos los actores, públicos y privados, de la metrópoli. La expansión del modelo SciTech DiploHub a la Gran Barcelona se plantea como un primer paso en esta dirección. Por un lado, dicha expansión fortalecería el posicionamiento de Barcelona como un centro global de CTI y pionero en la diplomacia científica y tecnológica liderada por las ciudades. Por el otro, permitiría la inclusión de una amplia gama de nuevos y relevantes actores en la internacionalización de la ciudad: industrias intensivas en conocimiento e innovación de la Gran Barcelona y ayuntamientos metropolitanos. La última parte del Briefing explora la posibilidad de crear un hub metropolitano de diplomacia cultural y apuesta por la alineación de una futura estrategia de diplomacia cultural con la agenda urbana de Barcelona y las agendas europeas y globales de sostenibilidad.

Diplomacia metropolitana, científica y cultural
¿Cómo se puede trabajar una estrategia de diplomacia cultural que permita generar sinergias en la presencia global de los agentes culturales de la región, ganar masa crítica i competir mejor en el contexto internacional cubriendo la imagen de la Ciudad? ¿De qué manera se pueden aprovechar experiencias existentes del hub de diplomacia científica i replicarlas en un hub de diplomacia cultural?

Barcelona es uno de los centros culturales y creativos de Europa. Está bien conectado internacionalmente y mantiene relaciones e intercambios culturales con ciudades de todo el mundo, pero sobre todo de Europa, el sur del Mediterráneo y América Latina. La participación sistemática y estratégica de la ciudad en la diplomacia cultural se remonta a la década de 1980 y ha sido ampliada por importantes eventos como los Juegos Olímpicos (1992) y el Foro Universal de las Culturas (2004). En 1996, el Ayuntamiento creó el Instituto de Cultura (ICUB) con el objetivo de dinamizar e internacionalizar el sector cultural de la ciudad mediante la promoción de la producción y los eventos culturales en el territorio y la participación en redes culturales internacionales.

El ICUB ha intentado dar respuesta a la complejidad de la realidad territorial de Barcelona, tanto en lo que se refiere a los barrios y distritos de la ciudad como en su dimensión metropolitana. Por ejemplo, festivales como Dansa Quinzena Metropolitana, que incluye diez municipios del Área Metropolitana (Barcelona, Cornellà, El Prat, Esplugues, L'Hospitalet, Sant Cugat, Santa Coloma, Terrassa y Viladecans), pretende conectar el tejido creativo de la ciudad con el de la región metropolitana.

Sin embargo, la dimensión metropolitana del tejido cultural de Barcelona debe ser considerada de una manera que vaya más allá de la coordinación de programas y avanzar hacia la formulación de estrategias conjuntas. Un primer paso en esta dirección es el nuevo plan estratégico de Barcelona para los Derechos Culturales, que incluye la dimensión metropolitana como uno de los principios fundamentales que impregnan todo el plan y que forman parte del grueso de líneas, programas y acciones. Debería adoptarse un enfoque transversal similar para integrar mejor a los actores culturales metropolitanos en las redes culturales internacionales y la diplomacia cultural de la ciudad. Con este fin, se podría crear un hub de diplomacia cultural que represente tanto la ciudad como la región metropolitana.

¿Qué podemos aprender de SciTech DiploHub para la creación de un hub de diplomacia cultural?

El establecimiento de un hub de diplomacia cultural puede partir de algunas de las lecciones aprendidas en la puesta en funcionamiento y evolución del SciTech DiploHub. El aprendizaje principal se centra en la importancia de seguir una estrategia multiactor (ver Roig et al., 2021). Por lo tanto, el primer paso hacia la creación de un hub de diplomacia cultural sería identificar e involucrar a los actores clave del ecosistema cultural de la ciudad y la región metropolitana; entre ellos museos, teatros, compañías de danza, la industria editorial, bibliotecas, galerías, empresas de diseño y arquitectura, y el sector del turismo cultural. Siguiendo el modelo de SciTech DiploHub, el segundo paso sería analizar las acciones de proyección internacional de los diferentes actores con el objetivo de generar una mayor coherencia mediante la identificación de temas, intereses y prioridades compartidos. Además, se debería examinar cómo un hub metropolitano de diplomacia cultural interactuaría con otras estrategias regionales y nacionales de diplomacia cultural, para evitar la duplicación y garantizar la máxima coordinación.

¿Quién podría liderar un hub de diplomacia cultural?

Barcelona ya alberga importantes instituciones que encabezan la promoción global de las ciudades como actores de la política cultural internacional y que proporcionan estructuras para el intercambio de conocimientos sobre el desarrollo urbano sostenible impulsado por la cultura, el uso de la cultura para mejorar el patrimonio local, para promover el diálogo intercultural y para mejorar el bienestar de los ciudadanos. Entre otras, estas incluyen la Comisión de Cultura de CGLU, la Fundación InterartsTrànsit Projectes, y el United Nations University Institute on Globalization, Culture and Mobility (UNU-GCM). Estas instituciones podrían participar activamente en la creación de un hub metropolitano de diplomacia cultural.

 Además, en lugar de crear una nueva organización para liderar el hub, sería más rápido y fácil si una (o más) de las instituciones mencionadas articulara los trabajos. Son instituciones que ya cuentan con las estructuras y redes necesarias para identificar y convocar a los actores metropolitanos relevantes, para brindar el apoyo técnico necesario y para impulsar la obtención de los recursos financieros necesarios.

¿Qué acciones debería priorizar un hub metropolitano de diplomacia cultural?

Los sectores culturales líderes de la Gran Barcelona que tienen más visibilidad internacional son las industrias creativas y el diseño (por ejemplo, el Districte Cultural de Hospitalet), la industria editorial, y el turismo cultural (incluidos museos, monumentos arquitectónicos y festivales). Una estrategia de diplomacia cultural metropolitana exitosa debe comenzar por enfocarse en estos sectores y luego utilizar su visibilidad para impulsar la proyección internacional de otras actividades culturales menos conocidas.

Además, es importante que una estrategia de diplomacia cultural esté alineada con la agenda urbana más amplia. Una manera de conseguir este alineamiento sería enfocar la cooperación cultural internacional de manera que reflexione y responda a los desafíos urbanos de la actualidad – desde el cambio climático y la contaminación del aire hasta la escasez de viviendas y otras formas de exclusión e intolerancia – muchos de los cuales se concentran en áreas metropolitanas de rápido crecimiento y socioeconómicamente desfavorecidas. Las instituciones y productores culturales tematizan cada vez más estos desafíos urbanos en su trabajo, tratando de generar conciencia sobre ellos y formular soluciones.

La noción de “cultura como innovación” es relevante en este contexto. En general la cultura tiende a tener dificultades para ganar reconocimiento como un sector innovador que pueda contribuir a la formulación de nuevas soluciones en el campo de la gobernanza urbana y el desarrollo sostenible. Pero hoy en día, muchas innovaciones en el sector cultural están dirigidas a re-imaginar la manera en que vivimos, basándose en conocimientos interdisciplinarios, y la formulación de nuevas soluciones para la transición a una sociedad más sostenible y justa. Actores culturales también tratan de encontrar nuevos usos para la tecnología y alimentarla con contenidos creativos que puedan incitar cambios de comportamiento. Por ejemplo: hay proyectos de redes sociales que popularizan la renovación sostenible entre los jóvenes o que promueven la reutilización creativa de materiales de construcción. El New European Bauhaus (NEB), una iniciativa ligada al European Green Deal, reconoce este potencial de la cultura como motor de innovación para la sostenibilidad. Con el objetivo de incentivar nuevas soluciones a la crisis medioambiental, el NEB intenta crear puentes entre el mundo de la ciencia y la tecnología, por un lado, y el mundo del arte y la cultura, por el otro.

Al apoyar a las actividades y productores culturales que abordan desafíos urbanos, la estrategia de diplomacia cultural de la ciudad podría, por un lado, podría contribuir a la agenda urbana local y la construcción de una Barcelona más sostenible y resiliente, y, por el otro, alinearse con las agendas europeas y globales de sostenibilidad, algo que facilitaría la incidencia internacional y la captación de financiación. La Comisión de Cultura de CGLU que promueve políticas y programas sobre el papel de la cultural en el desarrollo sostenible, podría ser un gran aliado en la formulación de un enfoque de estas características.

Un hub metropolitano de diplomacia cultural que tenga como objetivo contribuir a la agenda de sostenibilidad de Barcelona debe poner un foco particular en hacer de Barcelona un destino turístico más sostenible. Antes de la pandemia del COVID-19, numerosas iniciativas trataban de impulsar el turismo cultural en Barcelona como estrategia para transitar hacia un modelo de turismo más sostenible. Entre otras cosas, planes que tenían como objetivo abordar el turismo masivo en el centro de la ciudad preveían reorientar los flujos turísticos hacia la región metropolitana mediante la descentralización de la oferta e infraestructura cultural de la ciudad. Ámsterdam, que ha sido proactiva en el desarrollo de políticas para redirigir los flujos de turistas a barrios menos visitados (también mediante el uso de nuevas tecnologías) a menudo se cita como una experiencia a tener en cuenta en este contexto.

Con el número de turistas creciendo de nuevo tras el reinicio post Covid, es un momento oportuno para que una estrategia de diplomacia cultural metropolitana desarrolle las ideas y planes existentes para redirigir los flujos turísticos a las áreas circundantes de la ciudad. La transición hacia el turismo urbano sostenible es un problema para muchas ciudades de Europa y de todo el mundo. Al hacer de este tema una de las áreas de enfoque de un nuevo hub metropolitano de diplomacia cultural, el hub podría ganar rápidamente visibilidad internacional y fomentar el intercambio de conocimientos con otras ciudades.

Para saber más, puedes encontrar otros documentos relacionados con la metrópoli abierta aquí, donde también podrás consultar el paper original entero de este artículo.

Las opiniones de los autores y las autoras no representan necesariamente el posicionamiento del PEMB.

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