Cómo impactan las agendas internacionals, en concreto los ODS, en las políticas alimentarias?

'Toda persona tiene derecho a un nivel de vida que garantice,
tanto a ella como a su familia, la salud y el bienestar,
y en especial la alimentación, la vestimenta, la vivienda,
la asistencia médica y los servicios sociales necesarios '
Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. Artículo 25)

 'El derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado
para ella misma y su familia, incluyendo la alimentación,
la vestimenta y la vivienda adecuados,
y en una mejora continua de las condiciones de existencia '
(Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966. Artículo 11)

Políticas alimentarias

Existen varias agendas internacionales que nos pueden acompañar en nuestras reflexiones estratégicas y facilitarlas.

Una de ellas, tal vez una de las más importantes, es la de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de Naciones Unidas. Hace algunos días tuvimos la oportunidad de que Lina Gast, de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (UCLG), nos explicara como trasladar los ODS en las ciudades.

Desde la Generalitat de Catalunya se realizó el esfuerzo de trasladar los ODS a nuestra realidad territorial publicando la Agenda 2030: transformar Cataluña, mejorar el mundo. 'Transformar Catalunya, mejorar el mundo' va en la línea del 'piensa globalmente, actúa localmente', expresión que - quizá por desgaste - ya empezaba a ser discutida pero que no necesariamente ha dejado de ser válida.

Estas reflexiones, sin embargo, podrían formar parte de otro debate. Sólo apuntar que, en general, tampoco debe asustarnos utilizar ciertas expresiones durante años si estas siguen vigentes. O ¿no se mantiene vigente la Ley de la Gravedad o la de la Entropía desde que fueron descubiertas?

Lo importante es que no hay que aceptar sólo la validez inalterable dentro de las leyes físicas naturales, aunque, como ya comenté en la anterior entrada del blog, ni éstas deben dejar de ser sometidas al beneficio de la duda, sino que se puede encontrar un fácil consenso en, por ejemplo, que se debería reducir el desperdicio alimentario mientras los recursos naturales sean escasos, y mientras haya gente que pase hambre.

En cualquier caso - volviendo al tema que se apunta en el título - 'Cómo impactan estas agendas internacionales, y en concreto los ODS, en las políticas alimentarias?' - encontramos algunas referencias explícitas al sistema alimentario en algún objetivo y en algunos hitos de los ODS. En este sentido, hay un ODS, el número 2, que dice que se debe: 'Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, y promover la agricultura sostenible'. Y después, algún otro ODS también habla explícitamente de becas comedor, para reducir las desigualdades, y de despilfarro alimentario, para garantizar modelos de consumo y producción sostenibles.

Podríamos pensar, como suele hacerse, que toda la vinculación de los ODS hacia el sistema alimentario se reduce a estas referencias explícitas cuando aparecen las palabras 'alimento' o 'comida' en la redacción del texto. Qué si no aparecen estas palabras, no existe relación entre los ODS y el sistema alimentario.

Sin embargo, desde que el PEMB se ha adentrado en las políticas alimentarias, hemos constatado que los impactos y las implicaciones que tiene el sistema alimentario en el conjunto de la sociedad son incontables.

Identificando estos impactos, podemos hacer una lectura más transversal de los ODS, y de cualquier otra agenda en la que nos podamos apoyar, y tener claro que, por ejemplo, cuando se habla de 'garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las personas a todas las edades' (ODS #3), se debe hablar, también, de cómo entendemos el sistema alimentario, porque 'hasta el 50% de los cánceres, el 80% de las enfermedades cardiovasculares, el 70% de los derrames cerebrales y el 90% de las diabetes tipo 2 se pueden prevenir con hábitos saludables, entre los que encontramos una alimentación rica en frutas y verduras' (Bonilla, 2017); o que cuando se habla de 'adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos' (ODS #13), estamos hablando también de alimentación porque 'la agricultura contribuye significativamente al cambio climático, que es el desafío más importante al que debe hacer frente la humanidad. Se estima que el 25% del total de las emisiones de efecto invernadero pueden atribuirse directamente a la producción de cultivos y la producción animal y forestal, especialmente en la deforestación' (FAO, 2015, p. 11) o porque, entre otros, 'cada día importamos 3.500 cerdos vivos y exportamos 3.000' (Justicia Alimentaria Global, 2013, p. 27) '.

Así que, entendiendo y aceptando esta complejidad, cuando hablamos de sistema alimentario no sólo tenemos que estar pendientes de ver en el título 'alimento' o 'comida', sino que debemos ser conscientes de que cuando vemos 'salud', 'medio ambiente', 'modelo social y económico', 'empleo', 'usos del suelo', etc. también estamos hablando de sistema alimentario, y que hay que cuadrar las políticas alimentarias con las políticas de los otros sectores.

Actualmente, desde el PEMB, y con esta visión integral del sistema alimentario, se está impulsando la elaboración de la Carta Alimentaria Metropolitana, que vendría a ser la traslación de otro pacto internacional, el Pacto de Políticas Alimentarias Urbanas de Milán, a la realidad de la Barcelona metropolitana, con la voluntad de contar con todas las partes de la sociedad en general, y de la cuádruple hélice (administración pública, empresa, universidades e investigación, y ciudadanía) en particular para, en un primer momento, explorar los límites del consenso que nos permitan, a partir de un contenido trabajado y aceptado entre todas las partes, seguir trabajando en la asunción de compromisos y el desarrollo de proyectos que los hagan realidad.

Las opiniones de los autores y las autoras no representan necesariamente el posicionamiento del PEMB.

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