¿Cómo debería ser el abastecimiento de agua a la RMB?
Metrópoli Resiliente
- Pol Mascaró Olivella - Grado en Ciencias Ambientales y Estudiante del Grado en Derecho
- Isabel Vilaseca Boixareu - Licenciada en Derecho, Máster en Derecho Ambiental y Doctora en Derecho
- Beatriz Felipe Pérez - Licenciada en Ciencias Ambientales, Master en Derecho Ambiental y Doctora en Derecho
- 18-05-2022
- 320 Lecturas
El abastecimiento de agua y su garantía es uno de los grandes retos urbanos que afronta la metrópoli de 5 millones. El actual escenario de cambio climático pone mayor presión a los recursos hídricos existentes. El aumento de temperatura, la disminución en las precipitaciones y los cambios de usos del suelo se presentan como factores que más contribuirán a la disminución en la disponibilidad de recursos. Paralelamente, el aumento de la demanda de agua dado el continuo crecimiento demográfico originará la necesidad de un recurso adicional sobre los que actualmente se consumen. En este contexto, se considera esencial que impere una gestión justa, eficiente y respetuosa de los recursos hídricos en favor de un equilibrio territorial. Se prevé necesario pues potenciar los recursos alternativos propios en la región metropolitana de Barcelona (RMB) como las aguas regeneradas, grises y el aprovechamiento de pluviales. También es necesario transitar hacia infraestructuras de desalinización, eso sí, teniendo siempre presente el coste energético. En contraposición, se rechazan las políticas de trasvase por el marcado desequilibrio territorial que suponen y por su elevado coste ambiental, social y económico; así como el actual modelo agrícola y ganadero industrial, responsable en gran medida del mal estado de las aguas en Cataluña por la elevada presencia de contaminantes. Para alcanzar estos objetivos son necesarios compromisos como los de la Mesa del Ter que, englobando a un gran número de actores, marcan la hoja de ruta para un nuevo vínculo entre la RMB y el resto del territorio. Por último, es necesario erradicar la pobreza hídrica y energética y abrir el debate a la ciudadanía en torno al modelo de gestión del agua que quieren.
El crecimiento urbano y la crisis climática han hecho que el suministro de alimentos y agua se convierta en una cuestión crucial a resolver en Cataluña, especialmente en las grandes ciudades con una fuerte dependencia del resto del territorio. Esto interpela sin duda alguna al actual modelo de organización territorial. Es evidente que Barcelona todavía tiene retos que tendrán que abordarse desde un ámbito territorial superior al del actual AMB. La idea de crear una instancia de gobierno que reemplace al actual AMB, abarcando un ámbito territorial más amplio y superando los déficits democráticos del AMB, a priori podría resultar interesante para la gestión de los retos hídricos que deberán encararse en el horizonte 2030.
Ahora bien, si una instancia de gobierno de estas características está principalmente planteada para afianzar Barcelona en la competencia mundial entre megaurbes o como un espacio de confluencia de lobbies opaco para el conjunto de la ciudadanía, en lugar de cooperar para generar nuevas respuestas a los desafíos a escala metropolitana, más que contribuir a superar los retos hídricos supondrá para éstos una amenaza. En efecto, esta realidad presentaría numerosos riesgos, como por ejemplo más crecimientos urbanísticos, más desequilibrio territorial en Cataluña teniendo en cuenta la concentración de recursos en el área de Barcelona, más desigualdades dentro del espacio metropolitano, más consumo de agua, más carencias para satisfacer la garantía de abastecimiento, más dificultades para un saneamiento adecuado, más centralización de gobierno en contra del municipalismo,
Por otro lado, un ente de gobierno a esta escala podría alterar el grado de autonomía local que afecta directamente a la capacidad de abordar los retos metropolitanos y aplicar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Además, se considera esencial tener en cuenta las carencias democráticas ya existentes en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), en relación a aspectos tan diversos como la presencia de personas no escogidas directamente o la falta de transparencia y acceso a la información pública . En el marco expresado, se prevé difícil no imaginar la posibilidad de integración de estas prácticas en un gobierno de ámbito de RMB. También vale la pena introducir que el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona apuesta por una estrategia de crecimiento, en lugar de plantearse un modelo de decrecimiento en un escenario de agotamiento de bienes comunes,
Las ideas que guían nuestro discurso a lo largo del presente artículo surgen, en parte, del informe 'Estudio sobre la garantía del cumplimiento del Derecho Humano al Agua y al Saneamiento ante la emergencia climática' (El Derecho Humano en el Agua y el Saneamiento ante la emergencia climática. Diagnóstico, debates y propuestas por el Área Metropolitana de Barcelona” en proceso de publicación. Para ello, se considera oportuno informar de que el ámbito territorial del informe se ha centrado en el AMB[1]. Teniendo presente que el proceso Barcelona Mañana. Compromís Metropolità 2030 interpela en el territorio de la RMB, se considera que las reflexiones en relación al AMB son también válidas para la realidad territorial de los 5 millones de habitantes.
En el AMB, el agua procede mayoritariamente de fuentes superficiales de las cuencas de los ríos Ter y Llobregat. También se aprovechan algunas fuentes subterráneas, a través de los más de 60 pozos repartidos entre los acuíferos de la Vall Baixa y del Delta del Llobregat, la Cubeta de Sant Andreu y el Pla de Barcelona, así como el acuífero del Besòs. Por último, una parte menor del agua para potabilizar se capta en el mar y se desaliniza (AMB, sda).
En Cataluña se ha estimado que en 2051 habrá una reducción del 9,4% de la disponibilidad de los recursos hídricos en el Pirineo, del 18,2% en el interior y del 22% del litoral (CADS-IEC, 2016). Por lo general, en la cuenca del Mediterráneo se prevé un aumento de la temperatura junto con una disminución de las precipitaciones debido al cambio climático (Mas-Plan y Mención Domingo, 2015). Asimismo, se espera que el mayor aumento de la temperatura ocurra en el Pirineo, especialmente en las cimas del Pirineo occidental (Altava-Ortiz y Barrera-Escoda, 2020). El descenso de las precipitaciones también será más notable en los Pirineos, lo que es muy importante, porque el 70% del agua que llega a Barcelona proviene de ríos que tienen sus cabeceras en el Pirineo o en el Pre-Pirineo. También son especialmente relevantes los cambios en los usos del suelo, sobre todo debido a la crisis de la agricultura tradicional, que ha traído en consecuencia un drástico abandono del territorio y la sustitución de lo que antes eran cultivos y prados por superficies forestales. Esto tiene repercusiones en clave hídrica, ya que el aumento de los bosques lleva aparejado un incremento de la evapotranspiración. Esto hace que llegue menos agua a los ríos y los embalses y disminuyan las aportaciones hídricas en general.
Por lo que respecta a la cuantificación del recurso adicional necesario, se prevé la necesidad actual de una fuente complementaria para paliar el déficit actual que se cuantificaen unos 2m3/s.Para el período 2021-2027, este volumen complementario a la oferta actual podría ascender a4 m3/s, mientras que por el período 2033-2045, podría ascender a6 m3/s. La disminución de la disponibilidad de recursos hídricos, irá también acompañada de un crecimiento de la demanda de agua que será de un 4% para 2047 (Mas-Pla y Menció Domingo, 2015).
De este modo, nos encontramos ante un nuevo paradigma en la gestión de los recursos hídricos, por lo que es necesario determinar cuáles son las medidas necesarias para alcanzar este diferencial respecto de 2019 y garantizar este agua con el fin de cubrir esta disminución en la disponibilidad de recursos hídricos y el aumento de la demanda de agua que, a razón de lo visto, genera la necesidad de un recurso adicional sobre los que actualmente se utilizan.
A través de esta diagnosis previa, es posible definir misiones conforme al modelo Mission-Oriented Innovation de Mariana Mazzucato. Uno de los grandes retos de futuro para la RMB consiste en garantizar el abastecimiento de agua de la población sin poner en riesgo el equilibrio territorial. En la resolución de este desafío, se delimitan las políticas de agua orientadas por misión, que hace referencia nada menos que a la identificación de objetivos concretos para dar solución al reto planteado, teniendo presente que nos encontramos en un escenario futuro que indica una menor disposición de recursos. Hay que anotar también que el proceso Barcelona Demà, tiene la mirada puesta en 2030. Si bien podría considerarse que el marco temporal se está situando a largo plazo, en políticas de agua no es así.
A tal efecto, se plantea como posible misión garantizar el suministro de agua al territorio metropolitano en cantidad y calidad con un horizonte 2050 (en virtud de las directrices del PDECIA, que se encuentra en proceso de elaboración) y de acuerdo con el cumplimiento del Derecho Humano al Agua y al Saneamiento.Se prevé como proyecto primordial la potenciación del agua regenerada en un contexto de cambio climático, poniendo como ejemplo la sustitución del agua de riego para este recurso. Actualmente, la cantidad de agua regenerada que se está utilizando en la metrópoli es muy baja, pero diferentes líneas de trabajo plantean maximizar el aprovechamiento de este recurso para diferentes usos, que sería sustitutivo de la necesidad que existe actualmente. agua potable y, por tanto, aumentaría la disponibilidad y reserva de agua para estos usos.
Para hacer factible esta nueva realidad, se presupone la necesidad de aumentar la aceptación social del uso de nuevas fuentes de agua, como en el caso del agua regenerada. Alcanzar este objetivo requerirá involucrar a la administración pública para la comunicación a la ciudadanía del coste de no regenerar, sobre todo a largo plazo y en un entorno de emergencia climática, así como de las alternativas propuestas. La aceptación pasa, en primer lugar, por demostrar la viabilidad de la obtención del recurso y la fiabilidad de las instalaciones encargadas de producirlo, emparejado con fuertes inversiones en tecnología como catalizador de la innovación en el sector (El Ágora, 2021). Asimismo, se requiere estimular la concienciación ciudadana sobre la potenciación de los recursos alternativos, siendo vital para ello la disposición de información y educación, canalizada por los agentes educativos y culturales. Para el éxito en la consecución del objetivo, no se puede prescindir de las organizaciones de la sociedad civil y de los medios de comunicación que deben ser partícipes imprescindibles del proceso, haciendo pedagogía sobre el contexto metropolitano y hacer llegar un discurso comprensible sobre los nuevos recursos con el fin de tener una ciudadanía idóneamente informada. Convenir un marco de gobernanza apropiado es elemental para impulsar el uso de recursos alternativos.
Se prevé la optimización de los recursos superficiales(potencial aprovechamiento del recurso superficial Llobregat), la gestión integral de acuíferos y su mayor aprovechamiento para aportar resiliencia (concretamente, se incide en la potencial mejora del recurso del acuífero del Besòs y del Llobregat). Paralelamente, se contempla el uso de aguas grises y finalmente, el aprovechamiento de pluviales.
Poposiblemente, se podría pensar que uno de los proyectos respondería a la reducción de la demanda, concretamente, en medidas de ahorro doméstico. Pues bien, la evolución del consumo doméstico de agua en el AMB de acuerdo con el PDECIA muestra la reducción de casi un 20% en los últimos quince años. Los principales factores que han propiciado un descenso de la demanda de agua potable han sido: la sequía 2007-2008 (cambio de hábitos y sensibilización), la crisis económica y el incremento del precio del agua (implementación del 4º tramo ).Visto esto, se considera que no se puede presionar más a la ciudadanía para que reduzca su consumo de agua, ya que difícilmente se pueden tomar más medidas al respecto.
Ante las reiteradas propuestas de trasvase del Ebro hacia el área de Barcelona, también se podría considerar que determinados proyectos para garantizar el aprovisionamiento de agua, irían encaminados al desarrollo de este tipo de obra hidráulica. Sin embargo, esta medida tiene un destacado impacto ambiental y sociológico, puesto que la política de trasvases crea un desequilibrio territorial muy elevado.En las últimas décadas ha tenido una fuerte oposición de la sociedad civil, generando una conflictividad muy elevada.
Por su parte, se apuesta también por el tráfico hacia infraestructuras desalinizadoras, eso sí, teniendo siempre presente el aspecto energético de esta fuente. Los proyectos desarrollados bajo esta iniciativa incluyen el desarrollo e innovación en tecnologías que permitan, básicamente, la reducción del consumo energético y la capacidad para producir una mayor cantidad de recurso para el abastecimiento a fin de que se convierta en una opción viable y sostenible (Duran Ramírez, sd). Alcanzar este objetivo pasa indudablemente por las inversiones tanto de actores públicos como privados.
A continuación, también sería oportuno establecer una misión en lo que respecta al modelo territorial que debe regir entre la RMB y el resto del territorio. Es notorio que en las últimas décadas se ha modelado una cultura urbanística en la que las grandes construcciones y nuevos distritos metropolitanos han puesto el ritmo de crecimiento. De este modo, es necesario reflexionar y comprender si la necesidad de conseguir unas determinadas reservas de agua en la RMB, no va ligado a la voluntad de desarrollar unas determinadas políticas urbanísticas que no responden a una necesidad real de la metrópoli y, que en cualquier caso, responde a unos intereses económicos concretos, actuando como factor limitante para garantizar el abastecimiento en un escenario de emergencia climática. Visto esto, se propone como misión reconsiderar el modelo territorial sobre la base de la necesidad de revertir la actual política urbanística depredadora que lo es también de recursos como el agua. Se puede afirmar que, a día de hoy, la preocupación constante se centra en cómo garantizar el abastecimiento de agua al área de Barcelona, que pasa por concentrar los recursos en la metrópoli, en detrimento de las zonas que quedan fuera de sus límites. Por consiguiente, este modelo precisamente lo que hace es afianzar el desequilibrio territorial y constituye un crecimiento que no es ni inteligente, ni inclusivo, ni sostenible.
En la misma línea, se señala en el sector agrícola. Por un lado, este sector tiene hoy una misión concreta con el objetivo de mejora de la eficiencia en el uso del agua (en contraposición a la industria que ha realizado grandes avances). El sector agrario para cumplir con este propósito y desde diferentes campos debe llevar a cabo acciones para mejorar el uso del agua de riego, ya que el regadío eficiente consume menos, demanda menos y por tanto deja más para otros usos, como el de chivo.
Para ello, es necesario implicar al campesinado, las comunidades de regantes, el sector público y privado, así como la academia que realiza una gran labor de investigación agrícola.
Asimismo, es necesario constatar la situación actual de los acuíferos como limitante para garantizar el abastecimiento de agua en tiempos de crisis climática. La tendencia de reducción de las precipitaciones y la contaminación por nitratos de las aguas procedentes de la agricultura y la ganadería, puede ser preocupante en los próximos años y puede dar lugar a una menor disponibilidad de recursos, así como afectar a su calidad. Por otra parte, se identifica claramente en el modelo ganadero industrial como responsable tanto de la contaminación como de la sobreexplotación de las aguas subterráneas en la comarca. En consecuencia, resulta primordial establecer una misión para la comarca en tanto que lo que ocurre en esta región, afecta al Ter y, de este modo, a la calidad de las aguas para su uso inmediato. Se podría hablar de la necesidad de una reducción drástica en el número de cerdos, revisar las políticas agrícolas y, a su vez, implementar medidas serias de transformación del modelo alimentario basadas en la soberanía alimentaria.
En otro orden de ideas, abordamos un tipo de desafío íntimamente relacionado con lo expuesto hasta ahora, que pretende incidir en el aspecto de la desigualdad socioeconómica y, en consecuencia, la asimetría en el acceso al agua . Con la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, los países se han comprometido a desarrollar marcos nacionales para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), uno de los cuales (el número 6) busca garantizar el acceso universal al agua potable segura y asequible para todos en 2030. En su virtud, se propone el establecimiento de la siguiente misión: garantizar el Derecho Humano al Agua y al Saneamiento en la RMB, el objetivo de la que se concreta en, además de lo que propusimos en las misiones previamente comentadas, asegurar, como mínimo, los 40 l/persona/día a coste cero o reducido (es la cantidad establecida por la Organización Mundial de la Salud que asegura unas mínimas garantías de salubridad en el hogar) a los grupos de población en situación de vulnerabilidad. El objetivo a largo plazo consiste en generar cambios significativos en la calidad de vida de la ciudadanía y reducir la brecha social y permite remarcar la importancia de crear nuevos instrumentos legislativos para hacer frente a los retos de futuro y aplicar efectivamente los que ya existen.
La Ley 16/2017, de 1 de agosto, del cambio climático de Cataluña ha supuesto un gran avance en materia de garantía de acceso al agua, pero debe darse efectividad a sus previsiones. La seguridad hídrica se declara prioritaria y, en esta línea, se contempla la existencia de herramientas de seguimiento y acompañamiento a las familias más vulnerables y se apunta a la acción política como factor clave a la hora de contribuir a minimizar la pobreza hídrica . Se reclama una coordinación de las administraciones públicas catalanas, los agentes sociales y los agentes económicos efectiva, así como fomentar la participación de la ciudadanía, para la resolución de la misión que se propone. Se establece también como presupuesto para ayudar a mitigar a otros problemas sociales, como la vulnerabilidad energética que requiere de los mismos instrumentos para abordarla.
Por último, hay que considerar otro reto candente en la RMB: optar por mantener la mayoritaria gestión privada del agua en el contexto de emergencia climática, o bien, decidirse por la gestión pública. En el contexto del llamado oasis catalán, el 80,32% de la población tiene acceso al agua potable a través de servicios gestionados por empresas privadas o sociedades mixtas (Varo, 2018), cifras que contrastan con las tendencias mundiales donde la delegación del servicio representa sólo el 10% (Cadevall, 2018). Para ello, es indispensable establecer como misión abrir el debate a la ciudadanía sobre qué modelo de gestión querrían, es decir, si se debe municipalizar o no la gestión del agua en el conjunto de los municipios de la RMB. El proyecto principal para llevar a cabo dicha misión, pasa por organizar consultas ciudadanas sobre la gestión del agua impulsadas por los ayuntamientos. Los movimientos socioambientales de Cataluña consideran que la recuperación del control sobre el agua va emparejado con una gestión más eficaz, transparente, democrática, arraigada en los municipios y con objetivos sociales y ambientales, y no guiada por el lucro. En contraposición, en los últimos tiempos se ha establecido una dinámica de persecución de los actores sociales que luchan por la gestión pública en el marco de una judicialización de los procesos en marcha (Aigua és Vida, 2021). Visto esto, se reclama que cese este clima hostil y los gobiernos municipales tomen todas las medidas necesarias para garantizar el desempeño de la misión considerada. Los movimientos socioambientales de Cataluña consideran que la recuperación del control sobre el agua va emparejado con una gestión más eficaz, transparente, democrática, arraigada en los municipios y con objetivos sociales y ambientales, y no guiada por el lucro. En contraposición, en los últimos tiempos se ha establecido una dinámica de persecución de los actores sociales que luchan por la gestión pública en el marco de una judicialización de los procesos en marcha (Aigua és Vida, 2021). Visto esto, se reclama que cese este clima hostil y los gobiernos municipales tomen todas las medidas necesarias para garantizar el desempeño de la misión considerada. Los movimientos socioambientales de Cataluña consideran que la recuperación del control sobre el agua va emparejado con una gestión más eficaz, transparente, democrática, arraigada en los municipios y con objetivos sociales y ambientales, y no guiada por el lucro. En contraposición, en los últimos tiempos se ha establecido una dinámica de persecución de los actores sociales que luchan por la gestión pública en el marco de una judicialización de los procesos en marcha (Aigua és Vida, 2021). Visto esto, se reclama que cese este clima hostil y los gobiernos municipales tomen todas las medidas necesarias para garantizar el desempeño de la misión considerada. en los últimos tiempos se ha establecido una dinámica de persecución de los actores sociales que luchan por la gestión pública en el marco de una judicialización de los procesos en marcha (Aigua és Vida, 2021). Visto esto, se reclama que cese este clima hostil y los gobiernos municipales tomen todas las medidas necesarias para garantizar el desempeño de la misión considerada. en los últimos tiempos se ha establecido una dinámica de persecución de los actores sociales que luchan por la gestión pública en el marco de una judicialización de los procesos en marcha (Aigua és Vida, 2021). Visto esto, se reclama que cese este clima hostil y los gobiernos municipales tomen todas las medidas necesarias para garantizar el desempeño de la misión considerada.
Misiones
- Garantizar el suministro de agua en territorio metropolitano en cantidad y calidad con un horizonte 2050 (en virtud de las directrices del PDECIA) y de acuerdo con el cumplimiento del Derecho Humano al Agua y al Saneamiento (DHAS).
- Reducir la dependencia de recursos externos en favor de recursos alternativos propios.
- Reconsiderar el modelo territorial sobre la base de la necesidad de revertir la actual política urbanística depredadora que lo es también de recursos como el agua.
- Descartar la reducción de la demanda, en concreto, medidas de ahorro doméstico.
- Rechazar las propuestas de trasvases.
- Mejora de la eficiencia en el uso del agua en el sector agrícola
- Cambio del actual modelo agrícola y ganadero industrial.
- Transformación del modelo alimenticio basado en la soberanía alimentaria.
- Garantizar el DHAS en la RMB, cuyo objetivo se concreta al asegurar, como mínimo, los 40 l/persona/día a coste cero o reducido a los grupos de población en situación de vulnerabilidad.
- Abrir el debate a la ciudadanía sobre qué modelo de gestión quisieran, es decir, si debe municipalizarse o no la gestión del agua en el conjunto de los municipios de la RMB.
Para saber más, puedes encontrar otros documentos relacionados con la metrópoli resiliente aquí, donde también podrás consultar el paper original entero de este artículo.
Las opiniones de los autores y las autoras no representan necesariamente el posicionamiento del PEMB.