Francesc Santacana

Coordinador General del PEMB (1988-2013)

La visión que Barcelona quiere proyectar para su futuro es la de una metrópoli europea dinámica, sólidamente asentada en la macrorregión donde se sitúa geográficamente, con una calidad de vida moderna, socialmente equilibrada y arraigada en la cultura mediterránea. [...]

La planificación estratégica de Barcelona ha convertido en referente mundial hasta el punto de haber consolidado, en esta materia, un modelo específico participativo. [...]

En Barcelona se ha conseguido una gobernabilidad urbana que se caracteriza por la integración de los diferentes grupos y actores que se organizan para llevar a cabo una estrategia colectiva. Y, con respecto a la metrópoli en sí, se ha conseguido una ciudad con un lenguaje común. Una ciudad en la que sus actores, sociales y económicos, encajan las piezas en una misma dirección.

Carles Castells

Coordinador general del PEMB (2013-2016)

El Plan ha sido en estos años un espacio bastante único de creación de consenso social, institucional y político en relación con el modelo futuro de ciudad.

Lo que hemos comprobado es que se le reconoce este papel intangible, y que ninguna otra institución ha sido capaz de jugar: un espacio generador de consensos, no sólo políticos, en la visión a medio plazo de la ciudad. Soy de los que piensan que la existencia de este espacio responde a un cierto ADN barcelonés, muy propio y diferenciador: una manera de estar permanentemente preocupado por qué queremos ser y hacia dónde queremos ir.

Oriol Estela

Coordinador general del PEMB (desde 2016)

Recibimos la herencia de los 30 años de trayectoria del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona con el reconocimiento por el trabajo realizado por aquellos que nos han precedido, tanto en las responsabilidades institucionales como en las de funcionamiento de la Oficina de Coordinación. También con el agradecimiento por el compromiso de las entidades que forman parte y las que colaboran, con la admiración por la capacidad visionaria y el acierto en la consecución de los objetivos fundamentales que los sucesivos planes habían establecido.

Y la recibimos, de igual manera, con la responsabilidad de iniciar un nuevo proceso que continúe haciendo de la planificación estratégica una herramienta útil para construir el futuro de la ciudad metropolitana. Una ciudad que, adaptándose a los cambios que demandan los nuevos tiempos, sepa hacer frente a retos similares a los que se encontraron los primeros planos: un salto de escala territorial, consolidar la trama urbana, mejorar las infraestructuras y encajar los cambios globales en la economía local.

También habrá que encarar necesidades y problemas nuevos o que ocupan un lugar más central, como el envejecimiento, la contaminación o la vivienda, entre otros. Asimismo, habrá que encontrar fórmulas para corregir algunas de las consecuencias no previstas del éxito de la ciudad a la hora de atraer inversiones, talento y visitantes de todo el mundo. Y será necesario recuperar el foco social que tuvo especialmente el primer plano, porque las desigualdades siguen siendo, tanto ahora como antes, el principal signo de alerta para saber que hay que cambiar las cosas.

Sea como sea, 30 años de planificación estratégica urbana son un bagaje que muy pocas ciudades en el mundo pueden lucir. Disponer de un espacio de diálogo y de acuerdo con visión de futuro y con más de 300 instituciones, entidades y personas implicadas como la Asociación Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona es un activo del que la ciudad metropolitana debe poder sacar el máximo provecho. 

¡Esperamos encontraros a ella en los próximos 30 años!