Las entidades locales podrán evaluar su grado de cumplimiento de los ODS gracias a un trabajo coordinado por el PEMB

El Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona lidera la creación de una batería de indicadores que permite evaluar la progresión de los ODS a escala local de forma estandarizada y comparable

  • 25-02-2020
  • Actualidad del PEMB
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¿Están las políticas locales alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible? ¿Qué indicadores se pueden utilizar los que hay disponibles en las bases de datos? ¿Cómo conseguir que el seguimiento de los ODS sea estandarizado y comparable entre todos los entes del mundo local? Para responder a estas y otras preguntas, el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona (PEMB) propuso el proyecto Indicadores locales ODS a un conjunto de instituciones involucradas en la localización de la Agenda 2030 y en su seguimiento. El objetivo principal era identificar indicadores ya creados y disponibles que sirvieran para medir la progresión de los ODS y que ofrecieran datos desagregados a nivel local.

Grupo de trabajo de los 'Indicadores locales ODS'
Grupo de trabajo de los 'Indicadores locales ODS'

La batería, fruto del trabajo colectivo de más de 50 personas, cuenta con 336 indicadores alineados con los que pide la misma Agenda 2030 de la ONU, y, de entre éstos, hace una selección de 109 indicadores esenciales, adecuados para a hacer un seguimiento periódico. Todos estos indicadores se han seleccionado porque ya se encuentran disponibles en las bases de datos en línea de las principales instituciones productoras de datos del país, y se pueden empezar a utilizar en las diagnosis iniciales de los procesos de localización de la Agenda 2030.

Como apuntaba la responsable del proyecto, María Cortada, en el blog del PEMB en junio de 2018, 'la Agenda 2030 y los ODS están generando de manera extraordinaria una adhesión importante entre gobiernos locales de todo el planeta'. Sin embargo, en su momento advertía que 'puede haber el riesgo de que los ODS sólo se aterriza superficialmente' y no se profundizara en la transformación de políticas y organizaciones que propone la Agenda 2030, a pesar de los esfuerzos en esta línea de CGLUDiputación de Barcelona y otras entidades. A esto, hay que incluir la petición de la misma ONU para que el trabajo con los ODS se hiciera de forma colaborativa y mediante alianzas. Para alcanzar este objetivo, el PEMB comenzó a impulsar proyectos y procesos en torno a la implementación de la Agenda 2030 en el que administraciones, universidades y centros de investigación, empresas, y entidades del Tercer Sector y la sociedad civil (la cuádruple hélice) se sintieran interpelados y trabajaran de forma conjunta.

Todas estas organizaciones son conscientes de la necesidad de un cambio de paradigma en el desarrollo económico y social para evitar el agotamiento los recursos del planeta y hacer frente a la emergencia climática, pero también para preservar la vida digna de las personas y facilitar la cohesión social. Para hacer posible estos cambios sistémicos, las entidades del territorio metropolitano también son conscientes de que hay que promover los procesos de localización y las alianzas y colaboraciones.

De entre todos los aspectos a trabajar en el marco de la agenda global, los indicadores de seguimiento son relevantes y oportunos para el diseño de políticas públicas. Permiten cubrir algunos vacíos de información, el desperdicio de datos de registros administrativos (los no estandarizados), o ciertas carencias de estandarización conceptual y metodológica entre entidades que, a pesar de tener una razón, suelen dificultar la comparabilidad entre datos. 

El trabajo en equipo

Bajo estas premisas y reflexiones, se puso en marcha el grupo y el proceso de trabajo. La elaboración del proyecto se ha hecho a través de un proceso colaborativo con sesiones presenciales facilitados por el equipo del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona con tres objetivos:

  1. Identificar los indicadores disponibles en las bases de datos del territorio que sirvieran para la evaluación de los ODS por parte de las entidades, empresas y administraciones del mundo local.
  2. Compartir conocimiento sobre la Agenda 2030, su implementación y evaluación (identificar dificultades comunes y compartir soluciones adoptadas).
  3. Crear un grupo de trabajo en datos y Agenda 2030, y facilitar que se generaran contactos entre ellos.

La implicación de diferentes entidades se buscó pensando en tres criterios principales: representatividad de la cuádruple hélice (antes mencionada), procedencia de diferentes escalas geográficas (especialmente del RMB) y paridad de género de los miembros. 

Los resultados

La recopilación de indicadores queda abierta a cualquier entidad y puede tener diferentes usos, según el grupo de trabajo:

  1. El diagnóstico inicial de las entidades locales en relación al grado de cumplimiento previo de los ODS y que ayude a determinar las prioridades de los proyectos y políticas dentro de los Planes de Actuación Municipales (PAMs).
  2. El seguimiento del alineamiento ODS de las entidades locales, contribuyendo así al seguimiento periódico que los estados deben hacer ante la Asamblea de la ONU.
  3. Como base para la creación de un sistema de información sobre el cumplimiento de los ODS en el territorio, con la información desagregada en las diferentes escalas (local, metropolitana y autonómica).

Este proyecto constituye un primer paso del PEMB en el camino de la Agenda 2030, tanto en lo que se refiere a la metodología de trabajo colaborativo como el resultado de la batería de Indicadores locales ODS identificados. Es de interés especial para la asociación porque 'los ODS constituyen unos de los cinco principios de actuación del PEMB, desde donde trabajamos para la apropiación local del Agenda2030', tal y como explicaba María Cortada la presentación del proyecto a la jornada de Perfil de la Ciudad de septiembre de 2019 en el Prat de Llobregat. La técnica del PEMB añadía que 'no es suficiente poner los datos a disposición del mundo local, sino que habría que involucrarlos y que encontraran los incentivos específicos para participar en la evaluación de los ODS; así como herramientas de apoyo para recoger la información y llenar ciertos datos desde los ayuntamientos y, también, crear una comunidad de usuarios que puedan ir mejorando esta batería'. Parece que hay voluntad política general, pero hay que ordenar prioridades para ver en que invertir en relación a la Agenda 2030. 

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