La cohesión social y la vivienda protagonizan la cuarta sesión del proceso participativo alrededor del Avance del PDU Metropolitano en Sant Adrià del Besòs

Cerca de una veintena de representantes de administraciones, ámbito privado, organizaciones y entidades se han reunido para detectar tendencias, necesidades, retos e incertidumbres en este campo

  • 21-11-2019
  • Actualidad del PEMB
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Cohesión social y vivienda, éstas han sido las temáticas alrededor de las cuales ha girado la cuarta sesión del proceso participativo sorbe el Avance del Plan Director Urbanístico Metropolitano (el instrumento que debe ordenar el territorio metropolitano las próximas décadas) coorganizado por el PEMB y la Oficina del PDU y que, en está ocasión, se ha desarrollado en la Escuela de Ingeniería de Barcelona Este en el Campus Diagonal-Besòs en Sant Adrià del Besòs. Representantes de la cuádruple hélice se han encontrado para trabajar alrededor de las tendencias globales y locales que afectan a la cohesión social y a la vivienda y para detectar necesidades, incertidumbres y requerimientos a hacerle al PDU desde sectores y actores no siempre interpelados directamente por el urbanismo.

4a sesión del porceso participativo sobre el Avance del PDU Metropolitano en el Campus Diagonal-Besòs
4a sesión del porceso participativo sobre el Avance del PDU Metropolitano en el Campus Diagonal-Besòs

Siguiendo la estructura de encuentros anteriores, Xavier Mariño, jefe del Servicio de Redacción del Plan Director Urbanístico Metropolitano, a abierto la sesión de trabajo exponiendo el estado del Avance del PDU: definición, marco normativo, situación actual, objetivos, determinaciones y propósitos del nuevo plan que tiene como función principal “rehacer”, ha dicho el arquitecto, “dado el poco margen de crecimiento del territorio metropolitano”. Mariño ha querido destacar, también, la importancia de “velar por el interés metropolitano, ya que muchos de los retos y problemáticas es mejor abordarlos con visión conjunta y no parcial”. “Quizás no es necesario fomentar una identidad, pero sí, al menos, una conciencia metropolitana”, ha añadido.

A continuación, Sandra Quesada y Mireia Peris, arquitectas y miembros del Servicio de Redacción del PDU, han sido las encargadas de centrar el enfoque de la jornada en el ámbito de la cohesión social y la vivienda. Quesada ha situado el marco contextual y las tendencias del territorio, entre las que ha destacado el envejecimiento de la población, unido a los efectos de la inmigración, y las nuevas formas familiares (monoparentales/monomarentales, unipersonales, otras estructuras…) que no se adecuan a las dimensiones de los hogares. La arquitecta también ha presentado una radiografía de la situación actual y las previsiones en lo que se refiere a la vivienda asequible (protección oficial, rentas bajas, inserción, cooperativas, etc.), situado actualmente en casi 1,3 millones de hogares en el área metropolitana. El desarrollo de las previsiones del planeamiento vigente permitiría un incremento de 116.000 viviendas de nueva construcción, de las cuales, 35.000, aproximadamente, sería de protección oficial. “El reto del Plan territorial sectorial de vivienda es alcanzar el objetivo de solidaridad urbana en 15 años”, ha explicado Quesada, “y que los municipios con demanda fuerte y acreditada de vivienda lleguen al 15% de vivienda asequible, lo que implica unos 214.000 hogares, de los cuales el alquiler social debería representar 71.200.

En relación con las necesidades de la población, las arquitectas han situado dos escalas, la metropolitana y la de proximidad. En el primer nivel, encontraríamos requerimientos en lo que se refiere a los espacios abiertos (espacios naturales, parques metropolitanos, etc.), la fragmentación territorial, la relación entre residencia y lugar de trabajo y la vivienda asequible, explicada anteriormente. Referente a la escala de proximidad, Mireia Peris ha hablado, por una parte, de la intensidad de usos, mencionando que “el desequilibrio entre usos residenciales y de actividad económica provoca disfunciones en los asentamientos urbanos”, y de por otra, de las dotaciones socioambientales, donde el reto reside en incrementar la proximidad de los equipamientos y espacios libres con la población metropolitana y en garantizar el acceso a la vivienda con niveles óptimos de habitabilidad, accesibilidad y calidad. Ya que, según algunos datos dados por la arquitecta: el 40% de la población vive sin todos lo equipamientos básicos de proximidad (a más de 8 minutos de distancia); el 20% de las viviendas no disponen de espacios públicos de calidad cercanos; y el 15% están sometidas a niveles muy elevados de flujos de vehículos. Peris ha destacado la importancia de proteger los usos que están siendo expulsados de ciertas áreas como consecuencia de las dinámicas del mercado, como el uso residencial en el centro de Barcelona, y la necesidad de asignar usos básicos al territorio definiendo los asentamientos más idóneos para ser residenciales, de actividad económica o mixtos y ayudar a favorecer la convivencia entre ellos.

Después de las presentaciones, los y las asistentes se han dividido en grupos para trabajar, en una primera dinámica, las tendencias globales y locales y los retos y oportunidades en relación con el planeamiento metropolitano en el ámbito de la cohesión social y la vivienda. Todos los grupos han coincidido ampliamente en poner sobre la mesa la pérdida de derechos sociales, el empobrecimiento, el crecimiento demográfico, la gentrificación, la turistificación, la segregación, las dificultades de acceso a la vivienda, la pérdida de control político, la inseguridad jurídica en el ámbito inmobiliario, la mercantilización de la vivienda el cambio climático y la pobreza energética, en lo que se refiere al contexto global y, a escala local, los problemas de mantenimiento del parque de vivienda, la carencia de voluntad o control político, la falta de inversión pública, la baja capacidad de innovación en la promoción inmobiliaria y las dificultades en el planeamiento. A partir de aquí, se han situado los siguientes retos: la necesidad de un planeamiento sectorial metropolitano y una autoridad que lo regule, la urgencia de pensar estrategias de remodelación, de redistribución y de equilibrio territorial, la financiación y la colaboración público-privada, las ayudas a la rehabilitación y los problemas de accesibilidad.

En una segunda dinámica, los y las participantes han definido las necesidades e incertidumbres entendiendo el PDU Metropolitano como una oportunidad para unir y coordinar políticas de vivienda y actuaciones de urbanismo. ¿Qué necesidades se han detectado? Hace falta un mayor aprovechamiento del suelo disponible; financiación y dotación presupuestaria; gobernanza, autoridad y capacidad ejecutiva suficiente; blindaje real de la vivienda protegida y seguridad jurídica; nuevos instrumentos de gestión; programas de recuperación y rehabilitación de la vivienda envejecida; protección de usos en algunos territorios y diversificación en otros; y un control de la política de precios. A partir de aquí, ¿Qué le piden al PDU? Un replanteamiento del anterior PGM y de las disconformidades que generó y con las que todavía cargamos; llevar a la práctica la solidaridad metropolitana; pensar estrategias como la redensificación; mejorar la accesibilidad y la movilidad; zonas de rehabilitación en lugares estratégicos; y un incremento de dotaciones, de equipamientos y del espacio de socialización por delante del espacio de circulación. Al fin y al cabo, han acordado los grupos, la necesidad principal es “no pensar la cohesión social y la vivienda de forma aislada sino como un reto que también implica potencialidades en el espacio público y la movilidad”.

La quinta y última sesión se este ciclo participativo alrededor del Avance del PDU Metropolitano se celebrará el próximo 12 de diciembre en Hospitalet de Llobregat y tratará sobre movilidad.

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