Hace falta debate, reflexión y formación entorno el fenómeno de los datos personales masivos para garantizar la privacidad e incorporar la ética en sus usos

El PEMB celebra una nueva edición del Rincón de #Repensar, en el marco de la Smart City Week, alrededor del documental 'The Great Hack', que desgrana los entresijos del caso de Cambridge Analytica

  • 13-11-2019
  • Resumen de actividades
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Rincón de #Repensar: ¿Datos personales masivos: quién, cómo y para qué los utilizan?
Rincón de #Repensar: ¿Datos personales masivos: quién, cómo y para qué los utilizan?

La bienvenida ha corrido a cargo de Montse González, tenienta de alcaldesa de Desarrollo Económico e Impulso Administrativo del Ayuntamiento de Sabadell, que ha agradecido al PEMB el hecho de escoger Sabadell para realizar una de las actividades de la Smart City Week, evento que suele limitarse a la ciudad de Barcelona y a algunos municipios del AMB. En esta dirección, Oriol Estela Barnet, coordinador general del PEMB, ha querido poner en valor la voluntad de la asociación por “descentralizar este tipo de eventos e implicar cada vez más territorios como el Vallès o el Maresme”. “Hay que tener presente que la gran capacidad de saber recoger y utilizar los datos es un elemento de progreso, pero también un peligro”, ha advertido González en referencia a la temática del cine-foro. Según la tenienta de alcaldesa, “no todos los datos deben utilizarse de la misma manera y garantizar la privacidad es fundamental”, y es por esta razón que “todo lo que tiene que ver con la digitalización de nuestra vida es uno de los polos fundamentales del próximo plan estratégico metropolitano 2030”, ha explicado Estela.

Pero ¿Qué escenarios de futuro próximo hay que garanticen más control sobre nuestros datos? ¿Cuál es el panorama a nivel mundial y cómo podemos hacer que el modelo europeo (en el cual los datos pertenecen a las personas) gane protagonismo frente al norteamericano (los datos son de las empresas) y el chino (los datos son del gobierno)? ¿Cómo debería controlarse la gobernanza de algoritmos? ¿Es el modelo de los “datos éticos” el camino a seguir? Éstas han sido algunas de las preguntas para introducir el debate que ha formulado el encargado de moderarlo, Ignasi Alcalde, experto en visualización de datos y miembro de MyData Barcelona.

“La penetración de las plataformas norteamericanas es prácticamente un monopolio”, ha empezado su intervención Josep Maria Ganyet, “¿Quién puede dejar de utilizar Facebook, Whatsapp o Youtube?”, ha preguntado, “es posible, pero de una manera muy militante”. Por este motivo, los tres ponentes han coincidido en la importancia de que los datos y su control pertenezcan a las personas, tal y como plantea el modelo europeo. Un modelo, sin embargo, que Karma Peiró definido como “frágil”: “La protección de datos europea es una pequeña porción de luz porqué en el momento que Europa necesite comprar tecnología más puntera, como puede ser la Inteligencia Artificial o el reconocimiento facial, se verá obligada a comprarla en China o en Sillicon Valley y nosotros/as, la ciudadanía, no lo sabremos”. Es por esta razón que, según la periodista de datos, hace falta reflexión, debate y formación continuada sobre lo que realmente significa que tengan nuestros datos y lo que pueden hacer con ellos.

Google dispone de los datos de historiales clínicos de miles de personas. El Instituto Nacional de Estadística recopilará los datos de nuestros teléfonos móviles, comprados a las grandes compañías telefónicas, durante 6 días. Las escuelas catalanas disponen de Google Suite y cada día más de 300.000 niños y niñas de Cataluña lo utilizan proporcionando datos y dejando rastro incluso antes de ser conscientes de ello. Y todo es legal, ha explicado Karma Peiró “se puede hacer un buen o mal uso y hay gente a favor y en contra”, esto demuestra, ha insistido, “la necesidad de debatir y concienciarnos”, o, según Josep Maria Ganyet, volvernos “activistas digitales y utilizar nuestros tuits, likes, vídeos, y selfies para presionar a los gobiernos y revertir la tecnología de los datos en nuestro beneficio. En la misma dirección, Paul Olivier Dehaye ha reclamado “más control de cómo se recolectan y utilizan los datos personales para después darle la vuelta a este trabajo hacia otros usos que sí pueden beneficiarnos”.

“Aquí hay negocio haciendo las cosas bien”, ha expuesto Ganyet, “hay que incorporar la cultura de la ética aplicada al diseño, al diseño de aplicaciones y al modelo de negocio”, ha dicho el experto, “y premiar comportamientos y usos de los datos inclusivos o respetuosos con el planeta”. El problema es que la vía ética hasta ahora no ha sido rentable, ha continuado Peiró, y que “incluso los gobiernos tienen poca consideración con la ética”. Según la periodista, “para convertirnos en activistas digitales antes tenemos que darnos muchos golpes y vivir muchos ejemplos como el de Cambridge Analytica, que generen cada vez más conciencia”.

Por ejemplo, los algoritmos de decisión automática, que aprenden de manera automática por conjunto de datos o a través de la experiencia, se están aplicando ya en todas partes. Pero ¿qué pasa con estos algoritmos que pueden dejarte automáticamente fuera de una ayuda social o realizar un diagnóstico médico?, que están basados en datos sesgados o desactualizados, ha explicado Peiró, “es muy complicado detectar los sesgos y, mientras, los algoritmos van aprendiendo profundamente”. En Cataluña, de todos modos, en justicia y sanidad no se usan algoritmos de decisión directa sino de ayuda a la decisión. La resolución final depende de un profesional, a diferencia de países como Estados Unidos.

¿Qué otro problema nos encontramos? En el ecosistema de los datos personales masivos están surgiendo iniciativas y alternativas a las herramientas tradicionales que permiten una mejor privacidad y mayor control del rastro de nuestros datos, pero la mayoría son de pago. “La privacidad deviene un nuevo lujo”, ha explicado Ganyet, que ha puesto como ejemplo la diferencia entre los juegos gratuitos y los de pago, “si juegas a un juego gratuito en el móvil, das permiso para ceder los datos y recibes publicidad, te sometes a estrategias de adicción, etc. En cambio, si te gastas el dinero en su versión para la consola, es completamente diferente”. La adicción precisamente es otro de los grandes retos al que hay que hacer frente en todo este fenómeno de los datos personales masivos y es uno de los proyectos que ha explicado Paul Olivier Dehaye, que se encuentra actualmente trabajando con la OMS en entender cómo se crea y desarrolla la adicción a las redes sociales, a internet y los smart phones para poder dar respuesta a esta problemática.

“En el momento en que nos encontramos, se ha inventado la fórmula para crear negocio, hacer de la ficción realidad y hacer creer que la realidad es ficción”, ha acabado Karma Peiró, por ello, ha dicho, “este documental debería proyectarse en todos los centros cívicos y educativos para provocar el debate y trasladar la reflexión también a nuestras propias elecciones, por ejemplo, y preguntarnos qué está pasando”. “La democracia no lleva bien esta facilidad de acceso a la participación que dan las redes sociales, ha continuado Josep Maria Ganyet, “deberíamos aprender a considerar la democracia como una aplicación que nos ayuda a simplificar la complejidad y que, como toda aplicación, se puede hackear, puede tener errores… Tenemos que trabajar para arreglar y hacer una versión 2.0”, ha concluido el profesor.

Si quieres profundizar sobre este tema te invitamos a leer la entrevista a Genís Roca que hemos realizado

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