De manera muy simplificada he comentado el pasado o los inicios de los parques en Barcelona, pero ¿cómo vemos los parques hoy?
Nosotros entendemos los parques científicos como ecosistemas, clústeres o hubs que combinan la ciencia, la tecnología, la innovación, el emprendimiento y el mundo empresarial para convertirse en un sistema productivo tanto de conocimiento como de negocio.
En el caso concreto del Parque Científico de Barcelona, se trata de un ecosistema centrado en ciencias de la vida donde el objetivo es generar conocimiento que impacte en la mejora de la calidad y en el nivel de vida de las personas. Trabajamos en campos de conocimientos estratégicos como son la biotecnología, la bioinformática, los biomateriales, la búsqueda de fármacos y de dispositivos médicos, la nutrición o la cosmética, y en una larga lista de indicaciones terapéuticas. Es un ecosistema donde actualmente hay 100 entidades y más de 2.700 profesionales, desde doctorandos, postdocs o investigadores principales en los centros de investigación como el IRB, el IBEC o el CNAG, hasta emprendedores y emprendedoras que han creado su propia start-up. Y también se crea un ecosistema de proveedores de servicios altamente especializados, profesionales dedicados a impulsar la transferencia de tecnología de las universidades al sector privado, como Biocat o la FBG, y grandes empresas del sector que focalizan su I+ D+ y en el Parque, como son Esteban, Ordesa, Enantia o Quiagen.
¿Qué aportamos a la ciudad? Se calcula que cada trabajador ocupado en entidades llamadas “innovadoras” como las que tenemos en el Parque genera cinco puestos de trabajo adicionales en su sector local de servicios, en contraste con las manufacturas tradicionales, donde el efecto multiplicador es menos de dos. Estos cinco puestos de trabajo local que generan impactan directamente en Barcelona creando puestos de servicios como camareros, comerciantes o conductores, y también otros lugares de mayor cualificación, como médicos, profesores o abogados. Por lo tanto, el impacto en la ciudad de la creación de puestos de trabajo “innovadoras” es evidente.
También es importante tener en cuenta que, en los lugares ocupados de las entidades “innovadoras” del sector salud, la presencia de mujeres es relativamente alta. En concreto, en el parque científico, de las 2.700 personas, un 54% son mujeres y un 46% son hombres, y estas cifras son estables en los últimos 10 años. Por lo tanto, se aporta a la ciudad el crecimiento de un sector donde la mujer tiene una presencia importante. Sin embargo, es cierto que cuando se analiza la proporción en cargos con más responsabilidad (grupos líderes, emprendedoras y directivas), la paridad se pierde y aunque ahora hay más hombres en altos cargos. Por lo tanto, creemos que los datos de empleo de las mujeres, en general, son envidiables respecto a otros sectores, pero todavía falta mejorar su presencia en cargos de responsabilidad.
También entendemos que la creación de hubs basados en la innovación puede tener algunos efectos negativos para la ciudad, como puede ser el incremento de los costes de vida, incluidos la vivienda y la gentrificación, pero entendemos que los organismos adecuados de la ciudad, junto con nosotros, tenemos que trabajar para paliar estos posibles efectos.
¿Qué nos aporta Barcelona a los hubs de innovación? Talento. La ciudad de Barcelona, gracias a su marca y su calidad de vida, es un activo que a veces olvidamos cuando estamos dentro. Desde el punto de vista de una persona que vive fuera de Cataluña y que debe decidir dónde hacer un proyecto de vida, Barcelona tiene un atractivo incomparable con muchas ciudades mundiales en cuanto a oportunidades para desarrollar una carrera profesional, ocio, cultura, movilidad, integración y tolerancia. Otro punto importante es el transporte. El Parque Científico de Barcelona se encuentra dentro de la ciudad, lo que facilita muchísimo el transporte de los 2.700 profesionales que trabajan cada día. Estar bien comunicado es esencial para hacer crecer un ecosistema y, de hecho, cuando recibimos delegaciones internacionales que vienen a visitar el Parque como ejemplo, les aconsejamos que tengan muy presente y resuelto el tema de la movilidad.
Como conclusión, un parque científico es un clúster físico complejo que genera una masa crítica de talento, de conocimiento y de infraestructuras que, a través de una especie de círculo virtuoso, atrae aún más empresas, más entidades y más talento, todo retroalimentándose. Para una ciudad, una vez creado y consolidado un clúster, es muy complicado deslocalizarse el, por lo tanto, se trata de un activo de alto valor añadido y duradero en el tiempo pero que no es estático y se debe ir adaptando a la innovación, y por ello también necesita el apoyo de las instituciones.