La región metropolitana necesita instrumentos que permitan llevar a cabo políticas coordinadas, pero respetando las singularidades de cada territorio, para dar respuesta a los retos que afrontan sus municipios

Ésta es la principal conclusión de la primera jornada del Ciclo de la Metrópoli Multinivel coorganizada por la Fundación Cataluña Europa y el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona con el apoyo del Club de Roma en el marco del proceso Barcelona Demà

  • 13-10-2021
  • Compromiso Metropolitano 2030
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“El debate alrededor de la gobernanza pretende aterrizar el conjunto de objetivos detectados durante los diferentes ciclos del proceso de Barcelona Demà. ¿Cómo podemos alcanzarlos? ¿Cómo debe gobernarse? ¿Qué herramientas o instrumentos necesitamos?, así ha abierto Jordi Martí, vicepresidente de Planificación Estratégica del AMB y presidente de la Comisión Ejecutiva del PEMB, la primera sesión del Ciclo de la Metrópoli Multinivel: “Las desigualdades sociales, los recursos municipales y la financiación metropolitana”, coorganizada por la Fundación Cataluña Europa y el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona, con el apoyo del Club de Roma. El Palau Macaya ha acogido esta mañana diferentes personas expertas y alcaldes y alcaldesas de la región metropolitana de Barcelona para tratar de responder estas preguntas. ¿La principal conclusión? Hay que dotar a la RMB de instrumentos que permitan llevar a cabo políticas coordinadas y globales, pero que respeten las particularidades de los diferentes municipios, para dar respuesta a los retos que deben afrontarse a escala metropolitana.

2a mesa: ¿Qué herramientas de solidaridad metropolitana pueden ayudar a combatir las desigualdades territoriales?
2a mesa: ¿Qué herramientas de solidaridad metropolitana pueden ayudar a combatir las desigualdades territoriales?

La primera de las mesas redondas, “La segregación urbana y las desigualdades sociales en la Barcelona metropolitana”, ha servido para situar algunos de los elementos generadores de desigualdad y segregación en el territorio y poner sobre la mesa los efectos que de ellos se derivan. Todas las personas participantes han coincidió en señalar las dos crisis vividas en la última década (la crisis económica de 2008 y la actual crisis de la covid-19) y las políticas de austeridad que siguieron a la primera, como uno de los factores clave de la situación de desigualdad que vive en la actualidad el territorio metropolitano.

¿Y en qué dinámicas se ve reflejada esta situación? Una de las consecuencias principales, tal y como ha apuntado Sergio Porcel, investigador del IERMB, es la segregación y los procesos de gentrificación que se viven no solo a escala de ciudad sino también entre municipios y que, ha especificado, “provocan dinámicas de suburbanización y expulsan familias con rentas más bajas a la periferia”. Esta tendencia se ve reflejada también en la vivienda, otro de los grandes elementos generadores de pobreza y desigualdad. “El 15% de la población dedica a la vivienda más del 40% de sus ingresos”, ha explicado Guillem Espriu, coordinador de políticas sociales en el AMB, hecho que también va muy ligado a otro elemento importante: la precariedad laboral y el paro de larga duración, tal y como ha indicado.

Además, estos fenómenos no afectan a todas las personas de la misma manera. Hay sectores de la población que los sufren de una forma más pronunciada. Por una parte, las personas jóvenes, que disponen actualmente de unos ingresos un 20% más bajos que en 2008. Y por la otra, las personas recién llegadas, un sector de la población muy polarizado -personas de rentas altas que vienen a cubrir las carencias de nuestro mercado laboral frente personas que provienen del sur global- que lo que hace es reproducir y acentuar las dinámicas explicadas, tal y como ha expuesto Toni Merino, gerente del Ayuntamiento de Mataró. Y lo mismo se observa entre municipios, “mientras Barcelona dispone de 66 lugares de trabajo por cada 100 habitantes, Santa Coloma de Gramenet tiene 13 lugares de trabajo por cada 100 habitantes”, ha explicado Lluís Torrens, director de Planificación e Innovación Social del Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, que ha apostado por aprovechar los cambios asociados a la covid-19 como una oportunidad de generar nuevas centralidades gracias, por ejemplo, al teletrabajo.

Mesa: La segregación urbana y las desigualdades sociales en la Barcelona metropolitana

Frente a esta situación con efectos a escala de región, “se precisa una política metropolitana que pueda interpretar los fenómenos, articular e intervenir” ha expuesto Laia Ortiz, directora de Acción Social del Ayuntamiento del Prat de Llobregat, “un nivel de gestión intermedio, entre una Generalitat que no llega a la escala de barrio y un ente local”. Ésta es la manera de combatir el desequilibrio geográfico/demográfico que sufre el territorio metropolitano, han coincidido las personas participantes.

Precisamente alrededor de esta idea ha girado la segunda mesa: “¿Qué herramientas de solidaridad metropolitana pueden ayudar a combatir las desigualdades territoriales?”, que ha reunido diferentes alcaldes y alcaldesas de la región metropolitana de Barcelona, y de la que se han extraído las siguientes conclusiones: frente a la actual situación de emergencia, los ayuntamientos no tienen la capacidad de dar respuesta a las desigualdades en solitario; con los recursos actuales los ayuntamientos se limitan a afrontar situaciones difíciles y hacer política reactiva; el territorio metropolitano es heterogéneo y tiene unas necesidades muy diversas que hay que articular; es necesario encontrar espacios para la toma de decisiones conjuntas, la colaboración y la coordinación.

Ha sido Antoni Balmón, alcalde de Cornellà de Llobregat y vicepresidente ejecutivo del AMB, quien ha puesto sobre la mesa las dificultades de los gobiernos locales a la hora de hacer políticas realmente redistributivas: “Donde sí podemos actuar de manera redistributiva es en el espacio público, mediante un planeamiento urbanístico que nos ayude a captar las nuevas realidades y articule los movimientos sociales y económicos. En el resto de los ámbitos las políticas que hacemos desde los ayuntamientos no son redistributivas sino de combate”, ha apuntado.

Mesa: Qué herramientas de solidaridad metropolitana pueden ayudar a combatir las desigualdades territoriales

En la misma dirección ha intervenido Lluïsa Moret, alcaldesa de Sant Boi de Llobregat: “En muchas ocasiones nuestras respuestas no pueden ser más que paliativas y de contención de la emergencia social”. “La covid-19 ha puesto de manifiesto las carencias y las desigualdades de una forma más aguda y nos ha permitido ver que afectan más a unos municipios que a otros”, ha explicado Moret, “lo que no puede ser es que la ciudadanía perciba más o menos oportunidades en función de su lugar de residencia. Cada municipio es diferente y eso hace necesario un trato a medida para compensar los desequilibrios y dar respuestas equitativas desde el trabajo coordinado y cooperativo interinstitucional”.

“Es precisamente el trato diferencial de las singularidades de cada municipio lo que echamos de menos de otras administraciones a las que les corresponde este papel a nivel competencial”, ha dicho Mireia Ingla, alcaldesa de Sant Cugat del Vallès. “Es necesario que todos los municipios tengamos la mirada puesta en nuestro territorio pero después abramos esta mirada y escalemos los objetivos y es aquí donde se hacen imprescindibles entes supramunicipales como el AMB que tienen esta visión a otra escala y tienen la capacidad de afinar en las diferencias territoriales”, ha apuntado Ingla.

A su turno, Xavier Fonollosa, alcalde de Martorell, ha querido explicitar tres ámbitos claramente diferenciados de la región metropolitana de Barcelona: la ciudad de Barcelona, los 36 municipios del AMB y los municipios del Arco Metropolitano, ya que, según ha indicado: “Estos tres niveles no tienen ni las mismas necesidades ni los mismos recursos y es necesario que los municipios del Arco Metropolitano dispongan de los mismos recursos que el resto de los municipios del AMB. Sobre todo ahora que vivimos procesos de gentrificación que desplazan población y hacen aumentar la tensión en este territorio”.

En este sentido, Olga Arnau, alcaldesa de Vilanova i la Geltrú y presidenta de la Federación de Municipios de Cataluña, ha expuesto que “la huida de la gente de las grandes ciudades ha hecho crecer a municipios que no estaban preparados y que ahora se encuentran con una densidad de población superior a los servicios de los que disponen para atenderla”. Es por eso que se necesita una red de municipios o un ente supralocal dotado de servicios, “ya que todo lo que ayude a los municipios a avanzar cooperando entre ellos es positivo porque es igualitario”, ha dicho Arnau, que ha recordado que queda pendiente el despliegue de las veguerías.

Los alcaldes y alcaldesas, por lo tanto, han coincidido en situar a la metrópoli como una realidad territorial, económica y social que debe ayudar a dar respuesta a los retos globales, pero respetando las singularidades de cada municipio. ¿Cómo? Precisamente sobre eso es sobre lo que se debatirá en la próxima jornada de la Metrópoli Multinivel, coorganizada por el PEMB y la Fundación Cataluña Europa, y que tendrá lugar el próximo 19 de octubre bajo el título: ¿Qué gobernanza queremos para la región metropolitana del futuro?

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