Entrevista a Esther Sánchez Torres
Presidenta del Consejo Asesor de la Reforma Horaria
- 15-02-2019
- Actualidad del PEMB
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Cuando hablamos de implementar políticas para mejorar la gestión del tiempo, parece que nadie sabe por dónde empezar. A pesar de la evidente necesidad de un cambio inmediato en este ámbito, en una sociedad que evoluciona rápidamente y que trabaja de manera muy diferente a hace unos años, todavía no hay medidas concretas sobre la mesa.
La tecnología también juega un papel clave en este sentido y es que nos debe permitir, supuestamente, ser más flexibles en nuestra jornada laboral y contribuir a la conciliación. Ahora bien, paradójicamente esta flexibilidad puede terminar yendo en contra de nuestra organización del tiempo. ¿Dónde está la frontera entre el tiempo laboral y personal? ¿Como podemos adaptar el uso del tiempo a las nuevas necesidades?
El Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona ha entrevistado Esther Sánchez, presidenta del Consejo Asesor de la Reforma Horaria, que ha participado en la 4ª tertulia del ciclo de #LaMetro 'Trabajar en la ciudad del siglo XXI' con el título '¿Cuándo trabajaremos?' que nos ayude a responder a estas y otras cuestiones.
Para situarnos un poco, ¿cuáles son las principales ventajas e inconvenientes económicos y de salud de una reforma horaria y en qué sentido hay que formularla?
Cuando hablamos de reforma horaria estamos hablando de toda una serie de medidas, no de una sola, y de medidas que van más allá de cambiar la zona horaria o de desplazar los horarios 1 hora adelante, aunque sólo eso ya puede significar un gran avance lleno de mejoras, en este caso muy particularmente, sobre la salud de la población.
La Reforma Horaria es una manera de entender la gestión del tiempo desde una mirada transversal, poniendo en el centro a las personas y, precisamente, por eso, y en contra de cierto 'relato productivista establecido', con una serie de ventajas públicos y privados. Está sobradamente evidenciado científicamente (es decir, hay estudios solventes y representativos y, por tanto, conocimiento válido) que los usos del tiempo en España y en Cataluña conllevan una serie de desajustes con impacto sobre la salud (derivados de la falta de descanso en términos cuantitativos y cualitativos) y calidad de vida (manifestado en su grado extremo en una serie de enfermedades mentales y de raíz psicosocial) y sobre la eficiencia organizativa (con conexiones con el absentismo laboral, con la siniestralidad laboral y con ciertos factores de clima laboral con repercusiones sobre la productividad), todos ellos, claramente monetizables. Por tanto, no es difícil y así se ha demostrado también, que cualquier medida que mejore la gestión de los tiempos, debe reportar más beneficios que perjuicios.
¿Qué medidas se pueden implementar fácilmente a corto plazo para empezar a hacer frente a los cambios más necesarios en la gestión del tiempo?
Las que permiten una más fácil y rápida implementación son las que dependen de las propias organizaciones: un cambio horario consistente en reducir en media hora el tiempo para comer en jornadas partidas y así permitir salir media antes a las personas empleadas, o un cambio en ciertas rutinas extendidas en algunos sectores, tales como, el no convocar reuniones más allá de las 17h o planificar mejor las tareas, se pueden hacer sin ningún coste económico y en un plazo de tiempo corto. O una decisión tan fácil como dejar de ir a comprar al supermercado a las 20 h, cuando tenemos otras horas del día para ir puede, a medio plazo, favorecer un cambio horario en los comercios de un vecindario, por ejemplo. Por lo tanto, tal vez, la primera medida que podríamos implementar es que nos preguntáramos a cada uno de nosotros, qué podemos hacer, que esté dentro del ámbito exclusivo de nuestra influencia, para contribuir a una gestión más sostenible de los usos del tiempo. A partir de aquí, ya iremos añadiendo actores en los espacios de influencia compartida.
¿Cuáles son los principales obstáculos para llevar a cabo esta reforma horaria? ¿De dónde vienen? ¿Del sector público, del privado o de la ciudadanía?
De las resistencias infundadas, de la falta de apoyo y de la existencia de comunidades de práctica suficientemente arraigadas sobre el terreno que vayan superando estas resistencias, de la falta de un liderazgo público claro e inequívoco al respecto, del uso interesado y/o partidista que se hace a la hora de apoyar o no darlo a según qué propuestas, de la falta de tradición robusta de negociación y creatividad en el planteamiento y discusión de propuestas y alternativas, especialmente en el momento en que subimos de nivel y complejidad y debemos incorporar diversos actores con diversos intereses contrapuestos. La buena noticia es que todos ellos son obstáculos superables.
¿Se ha hablado mucho del cambio de horario entre verano e invierno, es necesario?
En el último cambio horario al horario de invierno, el Consejo Asesor emitió un informe con datos científicos, que explicaban de forma clara y contundente los efectos negativos sobre la salud que comporta disociar los horarios al llamado 'reloj biológico' y, por tanto, hacer este cambio. Si añadimos que las razones que lo sustentan han perdido actualidad y vigencia, y en buena parte no obedecen a ninguna justificación medible y consistente, podemos concluir que el cambio no es bueno, ni en términos de salud pública, ni en términos de salud en la toma de decisiones públicas.
¿Cómo influye la tecnología en nuestra vida cotidiana y cómo podemos evitar trabajar fuera del horario laboral y en todas partes? Es decir, ¿cómo podemos combatir el intrusismo de las nuevas tecnologías?
Exigiendo y cumpliendo reglas de higiene organizativa y profesional. Soy adepto a Tech4Good, por tanto, creo que las nuevas tecnologías son buenas y pueden reportar grandes beneficios, también en el ámbito laboral. Pero lo que no puede ser es que mantengamos las reglas de presencia del 'Old Power' (presencialidad y horarios extensivos) con las herramientas del 'New Power' (movilidad y conectividad 24 h). Y quizás la mayor de las inconsistencias (y inmadurez) es que acabamos regulando la limitación del 'New Power' porque no somos capaces de corregir los excesos del 'Old Power'. Regular legalmente el 'derecho a la desconexión' es posiblemente una necesidad, pero que también demuestra que hemos fracasado en el intento de hacer empresas más eficientes y humanas.
¿Qué hábitos 'saludables' de trabajo podemos incorporar en nuestra vida para mantener el equilibrio entre el entorno laboral y personal?
Primero, extender el hábito de planificar, organizar bien las tareas, medir las cargas de trabajo, tener una mínima 'ingeniería de procesos' que nos permita identificar los cuellos de botella, las duplicidades de tareas y las ineficiencias, disponer de datos y de indicadores que expliquen qué pasa en nuestras organizaciones y por qué. Y después del diagnóstico, podrán venir las medidas más efectivas. Antes, es poner la tirita antes de la herida o hacer cosmética.
Se puede hacer algo desde el ámbito local/metropolitano o los cambios requieren una escala mucho más amplia?
El ámbito local, como en muchos otros campos, es un ámbito idóneo para impulsar y promover el cambio. No se necesitan cambios normativos. La mayor parte de las medidas más efectivas son culturales y organizativas.
Hay modelos de participación ciudadana para la confección de propuestas de conciliación laboral aquí o en otros países?
Claro, y el Consejo también ha contribuido a desarrollar con las que denominamos mesas cuadrangulares y todas las actividades de participación que generamos alrededor de las mismas. Fue una experiencia positiva, aunque todavía no estamos acostumbrados, como de otros países, a estas dinámicas.
Desde el Consejo Asesor de la Reforma Horaria, ¿trabajáis con algún referente internacional, ya sea ciudad o región, que esté aplicando medidas efectivas?
La tarea del Consejo Asesor es la de asesorar y basta. Ni lideramos proyectos, ni nuestro papel actual es el de ser una comunidad de práctica o ejecutores de ninguna política. Obviamente tenemos conocimiento de lo que está pasando a nivel internacional y podemos referir buenas prácticas de nuestro entorno más inmediato y de entornos que están más alejados y evolucionados. Pero yo diría que no hay que irse fuera para conocer prácticas efectivas. En diversas actividades promovidas por el Consejo y en nuestra web mismo, se pueden encontrar ejemplos muy cercanos y muchas de las llamadas 'Regiduría de los Usos del Tiempo' de algunos de los ayuntamientos de Cataluña, o la propia Generalitat de Cataluña también han jugado un papel importante poniendo en valor buenas prácticas de nuestro territorio.