Un hogar asequible y sostenibe. ¿Es posible?

Los procesos de circularidad en el sector de la construcción, un camino indispensable para resolver el déficit de construcción de vivienda

El contexto de emergencia climática nos obliga a encontrar mecanismos para la mitigación del cambio climático. Es aquí donde el sector de la construcción aparece como uno de los principales focos de actuación, al ser uno de los generadores de residuos y emisiones más importantes de la región metropolitana de Barcelona (RMB). 
La necesidad de afrontar un déficit de construcción de vivienda que será más grave con el tiempo, pone sobre la mesa la necesidad de nuevas formas de hacer vivienda sostenible y asequible. Pero son muchos los retos que tenemos por delante en este terreno y son necesarias acciones diversas y procesos de cocreación para poder alcanzar este futuro deseado de circularidad y sostenibilidad.

Martí Petit - Uno de los edificios en construcción de la promoción de vivienda de la Marina del Prat Vermell

Actualmente, Cataluña se encuentra en situación de emergencia hídrica como consecuencia del cambio climático, y las previsiones no nos acompañan. Hasta hace relativamente poco, se hablaba del cambio climático como una proyección a futuro de posibles, pero cuando llega y afecta a uno de los recursos más críticos para el ser humano, saltan todas las alarmas y es entonces cuando nos damos cuenta de que tenemos que hacer algo al respecto. 

La mitigación del cambio climático se puede trabajar de muchas maneras, pero la construcción es uno de los sectores que tiene más sentido abordar a escala metropolitana. En el conjunto del estado español la construcción supone un 40 % del consumo de energía final, genera el 36 % de las emisiones de dióxido de carbono y produce un 35 % del volumen de residuos[1]. En cuanto al caso de la región metropolitana de Barcelona, el artículo de Verònica Kuchinow, co-founder y CEO de Símbiosy, publicado en la plataforma participativa de Barcelona Demà, demuestra que se generan 25M T/año de residuos provenientes de la construcción y demolición (RCD) en este territorio, y que sólo un 56 % de estos se valorizan. Con estos datos queda clara la importancia de conseguir transformar este sector hacia uno más sostenible. 

Pero claro, la complejidad de la realidad añade otra circunstancia: la necesidad de incrementar el parque residencial asequible. Y es que las previsiones sugieren que en la RMB harán falta unas 460.000 nuevas viviendas para acoger los nuevos hogares que se crearán entre 2021 y 2050[2].  

Según el estudio 'La demanda de vivienda en la actualidad (... constataciones demográficas y futuro)' del Centro de Estudios Demográficos de la UAB presentado el pasado mes de febrero durante el curso organizado por el CUIMPB y el Observatorio Metropolitano de la Vivienda de Barcelona (O-HB), se constatan dos ideas principales:

1. La principal fuente demográfica de demanda actual y futura es la inmigración. Y las viviendas que quedarán vacantes por los flujos de edad no serán suficientes para dar respuesta a esta demanda.

Mapa Flujo demanda
Flujo demanda de vivienda por edad y procedencia. 
Fuente: Centro de Estudios demográficos - UAB. (enlace)
 

2. La nueva construcción no iguala la demanda neta y responde a los puntos bajos de los ciclos. Aparición de un nuevo déficit de construcción y de necesidades insatisfechas.  

Nueva construcción con demanda neta demográfica

Nueva construcción con la demanda neta demográfica. 
Fuente: Centro de Estudios Demográficos – UAB. (enlace)

 

Estos dos factores, acompañados de la pérdida de poder adquisitivo, -especialmente de la población más joven- y el incremento del precio como un elemento recurrente en la oferta de vivienda, ponen de manifiesto la urgencia de encontrar mecanismos para satisfacer la demanda habitacional a unos precios asequibles. Las características de esta demanda futura serán bastante heterogéneas debido a los ciclos vitales de la población y el peso de las migraciones internacionales en el crecimiento demográfico, dando mayor relevancia a la vivienda en alquiler.  

Entonces, ¿qué opciones tenemos ante esta situación de alta demanda en un sector, como hemos visto, altamente contaminante? Es necesario que esta nueva construcción sea sostenible en todas sus etapas, desde la extracción de materiales hasta el momento de alargar la vida de los edificios. Pero para que realmente sea así, se debe entender y analizar el uso del carbono emitido en todas las etapas del ciclo vital de un edificio y reducir las emisiones en cada una de ellas; fomentar la utilización de materiales más sostenibles; y poner el foco en las energías renovables como fundamento de la nueva arquitectura sostenible.

Además, es muy importante que toda esta nueva construcción se haga aprovechando las áreas urbanas ya consolidadas para su redensificación, y evitando el consumo excesivo de suelo no urbanizable, como ya ha pasado en otros periodos de desarrollo inmobiliario como el comprendido entre 1987 y 2006, cuando el exceso de urbanización supuso el consumo de 307.065 hectáreas con graves efectos en la sobreexplotación de recursos naturales, incremento de desplazamientos, mayor consumo energético, mayor segregación espacial y exclusión residencial[3].  

Pero más allá de estos indicadores y variables que muestran de forma clara en qué punto nos encontramos en materia de construcción sostenible y circularidad, sería interesante hacer propuestas de actuación más operativas que ayuden a entender mejor de qué manera se pueden llegar a armonizar la construcción de vivienda y la sostenibilidad. A continuación, una lista de propuestas a valorar:

  1. Hacer que la circularidad esté presente en toda la cadena de valor, desde la fabricación de materiales hasta su destrucción. Debemos pensar la circularidad como un proceso constante que se va retroalimentando en todo momento y no una acción concreta.

  2. Hacer que los componentes y sistemas constructivos utilizados sean más adaptables y desmontables generando así menos residuos al final del ciclo vital. Es importante que en el momento del diseño se pueda prever el potencial de reutilización de la vivienda una vez haya terminado su vida útil.

  3. Conseguir que el stock de edificios de la RMB sea interpretado como una mina de materiales aprovechable para futuras construcciones. Es necesario que antes de mirar hacia fuera, se observe lo que tenemos en casa y se valore el potencial real que puede tener dentro del mundo de la circularidad.

  4. Contar con los instrumentos de planificación y regulación necesarios para conseguir la mayor eficiencia y reducción de emisiones en la construcción del nuevo parque de vivienda. Como todos los grandes cambios, es necesario que las administraciones asuman el liderazgo y ofrezcan incentivos que promuevan la circularidad.

  5. Ampliar el uso de energías renovables desde las etapas iniciales de la explotación de recursos, fabricación de materiales y construcción de viviendas, hasta su uso diario y mantenimiento. Si nuestra actividad recae en energías provenientes de fuentes no renovables, estamos totalmente condenados a continuar en esta situación de degradación ambiental y empeoramiento de las condiciones de vida.

  6. Aplicar estrategias de datificación para nuevos mecanismos de medida de la huella de carbono en cada fase del ciclo de vida del edificio y elaborar registros. Es necesario que aprovechemos las nuevas tecnologías, no para decidir por nosotros, pero sí para poder llegar a lugares a los que seguramente sería muy difícil o imposible llegar. Los datos tienen mucho potencial en este campo y muy probablemente, en un futuro no tan lejano, se tengan en cuenta en todo el seguimiento de la huella de carbono.

  7. Consolidar el nuevo modelo de construcción circular para que sea más competitivo y rentable. Para que todo este proceso se pueda hacer, es clave que la competitividad económica exista en favor de la circularidad, de lo contrario no lo podremos sacar adelante.
Módulos con contenedores marítimos
Un trabajador de la construcción hace el seguimiento de la colocación de uno
de los contenedores marítimos en la estructura del edificion de alojamientos APROP.
Foto: Laura Guerrero

 

Se conocen muchas y variadas opciones dentro de la circularidad y aún se pueden explorar más, es aquí donde radica precisamente la gracia de este modelo en el que las alternativas son casi infinitas. Por ello, lo que hace falta justamente es dar este salto de escala aprovechando los buenos ejemplos existentes de construcción sostenible, estableciendo espacios de cocreación con los actores que lideran esta transformación y transfiriendo toda esta innovación al conjunto del sector.

Es una realidad que tenemos por delante un reto muy grande y hay que trabajar conjuntamente para conseguir un modelo de construcción sostenible y distribuido por todo el territorio metropolitano que permita alcanzar los objetivos de sostenibilidad, competitividad económica y, sobre todo, satisfacer la futura demanda de vivienda. Tenemos el talento y la capacidad para hacerlo, pero ¡alerta! Hay muchas variables que no se han analizado en profundidad en este artículo, como las implicaciones del cambio de perfil del demandante de vivienda del futuro, mayoritariamente de origen migrado, o las consecuencias de la pérdida de poder adquisitivo de la población de la RMB. Realidades que hacen que las viviendas tengan que ser, aparte de circulares, asequibles. O cómo superamos la dependencia energética, alimentaria y de materiales que tenemos actualmente en el territorio metropolitano. ¿Quizás lo que hace falta es consumir menos y la opción es el decrecimiento? ¿O quizás hay otras alternativas como aprovechar al máximo los tejidos construidos tanto residenciales como de otros tipos? Son muchas las preguntas que se pueden hacer y este artículo sólo pretende aportar argumentos a la reflexión para que quién lo lea saque sus propias conclusiones.

Desde el PEMB, entendemos el sector de la construcción sostenible como un sector estratégico y por ello está presente en el Compromiso Metropolitano 2030 de forma transversal en diferentes misiones como la misión de 'Emergencia ambiental y climática', la de 'Vivienda adecuada', la de 'Economía innovadora e inclusiva' y la de 'Cohesión territorial'. Es por ello, que en el rol proactivo de la oficina técnica del PEMB como espacio de debate y cocreación de cara a los grandes retos metropolitanos, que la vivienda del futuro sea circular y asequible es una



[2] Proyecciones de población y de hogares en los municipios del AMB y de los sistemas funcionales de la RMB elaborados por el Centro de Estudios Demográficos (CED) para el documento de aprobación inicial del PDU Metropolitano (marzo 2023)

[3] Datos del Informe CORINE Land Cover

 

 

 

Las opiniones de los autores y las autoras no representan necesariamente el posicionamiento del PEMB.

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