Las comunidades energéticas: La transformación democrática de la energía

Frente a la actual emergencia climática, las comunidades energéticas comienzan a tener un rol fundamental en la transición hacia la descarbonización. Promoviendo la participación ciudadana y un modelo descentralizado, estas comunidades representan un modelo de cooperación efectiva y democrática. Aunque son una tendencia en crecimiento, aún es necesario ajustar las normativas legales a las necesidades reales. 

Las comunidades energéticas

La urgencia de abordar la emergencia ambiental y climática ha colocado en el centro de escena la necesidad de acelerar la transición hacia la neutralidad climática. Frente a este contexto, y tal como se concluyó en la COP28, llevada a cabo en las últimas semanas en Dubái, la transformación del sistema energético se posiciona como uno de los puntos centrales para avanzar hacia una economía descarbonizada.

En respuesta a esta situación, el compromiso de la sociedad y las diferentes normativas –europeas, estatales o locales– resaltan la necesidad de colocar a las personas en el centro de este proceso. Es de esta manera que la población desempeña un rol central, liderando la transición y participando activamente en la gestión de los recursos energéticos, de forma más eficiente y sostenible.

En este escenario, las Comunidades Energéticas (CE) surgen como actores fundamentales, impulsando y facilitando la participación ciudadana en la transición energética. Al integrarse en el proceso, las CE no solo refuerzan la descentralización del sistema energético, sino que también promueven la colaboración activa de las personas en la gestión eficiente de la energía, logrando una transición más efectiva y democrática.

Comunidades energéticas

La transición energética y las CE

La transición energética es un proceso complejo, que busca cambiar las fuentes de generación y la gestión de los recursos energéticos. Frente a esto, las comunidades energéticas pretenden dar a las personas un papel protagonista dentro del sistema energético para que sea más sostenible y accesible para todas y todos.

En concreto, y según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), las Comunidades Energéticas son organizaciones donde las personas participan de forma directa en la planificación e implementación de medidas para la implantación de energías renovables en la producción, consumo y/o comercialización de energía, así como en el desarrollo de medidas de eficiencia energética o de movilidad sostenible. [1]

Así, la Federación Europea de Cooperativas de Energía Ciudadana (REScoop), Friends of the Earth Europe, REScoop.eu y Energy Cities, señalan que, mediante la promoción de la democracia energética, las comunidades energéticas posibilitan[2]

  1. La reducción en el uso de combustibles fósiles, 
  2. La disminución del consumo de energía, 
  3. La inversión en energías limpias,
  4. El afrontamiento de la pobreza energética, 
  5. El apoyo a la economía local,
  6. La redistribución de la riqueza y
  7. El fortalecimiento de las propias comunidades locales.

Este modelo, por lo tanto, implica una gobernanza cooperativa para una transición justa e inclusiva. Al convertir a las personas en 'prosumidoras' (productoras y consumidoras) se busca cambiar patrones de consumo, fomentando conciencia y responsabilidad. Generando energía de manera distribuida, las CE aprovechan recursos locales para disminuir pérdidas en la transmisión, contribuyendo así a la reducción de gases de efecto invernadero (GEI).

Tipologías de Comunidades Energéticas

En cuanto a su clasificación y de acuerdo con la normativa europea, las Comunidades Energéticas Locales se pueden dividir en dos tipos: las Comunidades de Energías Renovables (CER) y las Comunidades Ciudadanas de Energía (CCE).  

Las CER son entidades jurídicas basadas en la participación voluntaria y autónoma de socios situados en las proximidades de proyectos de energías renovables. Además, la ley garantiza el derecho de las personas consumidoras a participar en estas comunidades, compartiendo y accediendo a mercados energéticos de manera democrática e inclusiva. Las CER pueden actuar en la implementación de proyectos eléctricos, térmicos o relacionados con el sector transporte, siempre que el origen energético sea renovable (IDMA, 2022).

Por otro lado, las CCE, son entidades basadas en la participación voluntaria y abierta de personas físicas, autoridades locales o pequeñas empresas. Su objetivo principal es ofrecer beneficios medioambientales, económicos y sociales, participando en diversas actividades del sector eléctrico. A diferencia de las CER, no requieren proximidad geográfica entre participantes y proyectos.

Estas dos figuras comparten la misma aspiración: facilitar la participación colaborativa para maximizar los beneficios derivados de la penetración de energías renovables. Además, buscan fomentar la eficiencia energética, así como gestionar y utilizar la energía con el fin de reducir el consumo y obtener costos energéticos más bajos.

En lo que respecta a Cataluña, existen diversas normas que fijan el marco normativo de la transición energética. Dentro de estas, la Ley 16/2017, del cambio climático, establece el objetivo de que al menos el 30% de la energía eléctrica renovable para 2030 sea distribuida y participada, en la propiedad o la financiación, por la ciudadanía. Asimismo, otras reglamentaciones locales buscan completar este objetivo y establecen la necesidad de incrementar la generación de energía renovable. Además, se busca abordar los problemas de planificación territorial ineficiente, introduciendo un principio de justicia social y medidas para mejorar la aceptación social de proyectos de energías renovables y la participación en la generación de energías renovables compartidas en comunidades de propietarios.

Comunidades energéticas

Foto: Lídia Carbonell
 

El Compromiso Metropolitano 2030

La Misión de Emergencia ambiental y climática del Compromiso Metropolitano 2030 se centra en mitigar los efectos del cambio climático y asegurar un hábitat saludable sobre la base de una gestión sostenible de los recursos y la transición justa en el modelo energético en la región metropolitana de Barcelona. En este sentido, la transición energética es una palanca clave, que propone la sustitución progresiva de la energía fósil por fuentes locales y renovables, la reducción del consumo y la promoción de la eficiencia y autoproducción.

Dentro de este contexto y alineado con lo que plantea la misión, las comunidades energéticas son actores fundamentales para impulsar la transición energética y, por lo tanto, la misión. En este sentido, cabe destacar algunos ejemplos de buenas prácticas de comunidades energéticas que se están llevando a cabo en el territorio metropolitano como Som Energiala Comunitat Energètica de La BordetaEnergia del Prat y la Cel de Caldes. Estos proyectos demuestran distintos modelos de implementación de una comunidad energética, a diferentes escalas territoriales y con diversas maneras de constituirse, gestionarse y financiarse.

Vecinos y vecinas Barceloneta

Foto: Laura Guerrero

 

Empoderando a la ciudadanía

Las comunidades energéticas, por lo tanto, se presentan como soluciones para empoderar a la ciudadanía en la gestión energética y reducir emisiones de GEI. Sin embargo, es crucial asegurar que estas comunidades son democráticas y horizontales. Es importante que las CE tengan espacios efectivamente democráticos, basados en la horizontalidad, que garanticen la presencia, participación y representatividad de aquellos grupos tradicionalmente excluidos. De lo contrario, es posible que estos proyectos de energía comunitaria incluyan solo a aquellos grupos sociales con cierto poder adquisitivo, los conocimientos técnicos y el tiempo necesario para costear instalaciones de generación de electricidad, replicando algunas inequidades del modelo actual. (Amigos de la tierra, 2023).

Asimismo, es necesario definir un rol claro para las administraciones públicas, que hasta el momento es difuso y no se encuentra regulado. En este sentido, los ayuntamientos y otras administraciones podrían involucrarse en el proceso de diversas maneras: facilitando trámites y procesos burocráticos, identificando posibles localizaciones o cediendo tierras, aportando técnicamente o funcionando como canales de conexión con la ciudadanía.

En conclusión, las comunidades energéticas no solo representan una respuesta tangible a la crisis climática, sino que también simbolizan un nuevo paradigma de participación ciudadana en la gestión y producción de energía. Su enfoque descentralizado, cooperativo y participativo permite abordar los retos ambientales y climáticos, pero también promover la equidad, inclusión y participación activa de la sociedad en la construcción de un futuro sostenible. La colaboración entre las personas, instituciones y entidades locales en estas iniciativas es esencial para lograr una transición energética justa y eficaz que beneficie a todos, sentando las bases para un modelo energético más equitativo y sostenible.

 

 


[2] FRIENDS OF THE EARTH EUROPE, RESCOOP.EU y ENERGY CITIES, (2020): Community energy: A practical guide to reclaiming power, Friends of the Earth, REScoop.eu, Energy Cities. Enlace 

 

BIBLIOGRAFIA:

Albarracín, L. R. (2022). Necesidad de una transición energética justa con las personas y la naturaleza. Madrid: Documentos de trabajo nºespecial FC/Oxfam Intermón (4). Enlace  

Amigos de la tierra. (2023). Sin dejar a nadie atrás. Barcelona. Enlace 

Diputació de Barcelona. (2021).  Guia per a l'impuls de comunitats energètiques amb perspectiva municipal

García, I. G., & Et al. (2022). Energy communities: descarbonization and descentralization of the energy system. 26th International congress on Project Management and Engineering., 1331 - 1339. Enlace 

IDMA. (2021). Comunidades Energéticas: aportaciones jurídicas para su desarrollo en España. Madrid. Enlace 

IDMA. (2022). Guía jurídica para la constitución de comunidades energéticas. Madrid. Enlace

MITECO. (2020). El MITECO abre el proceso de consulta pública previa para el desarrollo de Comunidades Energéticas LocalesEnlace 

Ordeñana, E. A., Aguado Muñoz, R., & Zubero Beascoechea, I. (2022). Hacia una transición energética justa e inclusiva: la contribución de la economía social a la conformación de las comunidades energéticas europeas. CIRIEC- España, Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa, 113 - 141. Enlace

SomComunitats. (2022). Formas jurídicas para impulsar una comunidad energéticaEnlace

 

 

 

Las opiniones de los autores y las autoras no representan necesariamente el posicionamiento del PEMB.

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