Oriol Estela: 'Hay que establecer prioridades claras y colaborar para aprovechar el gran potencial en innovación que tiene la Región Metropolitana de Barcelona'
El investigador de la Harvard University, Ramon Gras, presenta un estudio sobre el estado y las posibilidades de los distritos de innovación de la RMB
- 12-06-2019
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En la Región Metropolitana de Barcelona hay un potencial latente muy grande y razonablemente repartido por el territorio en lo que se refiere a innovación y a clústeres intensivos en conocimiento, pero es necesario más compromiso compartido para aprovecharlo. Ésta es una de las conclusiones que el coordinador general del PEMB, Oriol Estela Barnet, ha expuesto al finalizar la presentación del investigador en Innovación Urbana de la Harvard University, Ramon Gras, sobre el estudio del estado de la economía en la Región Metropolitana de Barcelona basado en una metodología de análisis y diseño urbana desarrollada por el propio Gras y su compañero en la Harvard University, Jeremy Burke, y fundamentada en la Ciencia de la Complejidad y la Teoría de Redes. ¿Cómo aprovechamos este potencial? “La reflexión importante es que todo aquello que se haga en la línea de la innovación urbana y los clústeres de conocimiento debe trabajarse de manera conjunta entre todos los actores”, ha continuado Estela, “y es necesario que desde la administración se priorice para tener la capacidad de hacer apuestas compartidas y sólidas en 4 o 5 ámbitos con potencial, tal y como pide la Unión Europea”. Es frente a esta situación que el Plan Estratégico Metropolitano se ofrece como el espacio en el que aglutinar todo el territorio de la RMB y sus diferentes actores con el fin de priorizar e impulsar proyectos concretos.
“Disponemos de mucho relato alrededor de la innovación, pero una de las cosas que nos preocupa en el AMB es que no afinamos, sobre todo en lo referente a la gobernanza y a la decisión política”, ha introducido el director de Planificación Estratégica del Área Metropolitana de Barcelona, Francesc Magrinyà, “el reto que nos planteamos, más allá de proyectos ya en marcha como dotar de uso las 3 Xemeneies o mejorar el distrito 22@, es decidir qué pasos hay que hacer ene l resto del territorio del AMB, ya que también solicita y necesita distritos industriales””. Es por este motivo que desde la propia Área de Planificación Estratégica del AMB y el PEMB se pidió a Ramon Gras que desarrollará un estudio con el equipo de Aretian sobre el estado de la innovación y los clústeres en conocimiento del RMB.
Gras ha querido iniciar la presentación del estudio contextualizando el estado de la economía y la innovación a nivel internacional, “actualmente España no dispone de mucho margen, los países con los que compite directamente pertenecen al sur de Europa, a Europa del Este o al norte de África y son países que están creciendo económicamente”, ha empezado, “la única alternativa que tenemos es la economía basada en el conocimiento y por eso proponemos distritos de innovación en el centro de las ciudades” a partir de los cuales conseguir una base diversificada, pero sobre todo más sofisticada, de exportaciones.
El investigador y su equipo han desagregado los 5 corredores que envuelven Barcelona en 25 clústeres geográficos de alto valor añadido que han desarrollado masa crítica y cierta concentración industrial. A partir de aquí, han llevado a cabo una clasificación de 5 tipos de distritos de innovación en función de la fuente que los promueve:
- Cuando quien promueve el distrito es la administración (sería el caso del 22@)
- Cuando la promoción viene desde la academia (distritos alrededor de las universidades, por ejemplo)
- Ecosistemas emprendedores (o bottom-up, cuando la innovación viene de abajo a arriba)
- Los clústeres de industria (como por ejemplo el sector del automóvil)
- Agencias de estrategias gubernamentales (en el caso de los EEUU más de la mitad son especializadas en tecnología militar, una industria en la que se genera mucha innovación que después es aprovechada desde otros sectores)
En el caso concreto de la Región Metropolitana de Barcelona, la mayoría son clústeres del cuarto tipo, clústeres industriales. En lo que se refiere a distritos promovidos desde el ámbito público disponemos del 22@, que “en términos de intensidad de innovación es muy superior a los distritos norteamericanos de esta tipología, pero su problema es que las cinco industrias escogidas para desarrollar en el 22@ no están relacionadas con la red de conocimiento de la ciudad y eso resta resultados”, ha dicho Gras, “una posibilidad hubiera sido centrarse en otros sectores de las manufacturas avanzadas que ya estaban arraigados en el territorio (como por ejemplo la industria del automóvil) para generar mucha más innovación y lugares de trabajo gracias a las sinergias con otros clústeres”.
En este sentido, Ramon Gras ha puesto sobre la mesa el ejemplo de Pittsburgh, que tiene similitudes con la situación de Barcelona. Durante la primera ola de innovación, Pittsburgh perdió gran parte de su tejido económico y de población, pero en los años 9 y gracias a una serie de decisiones tomadas desde el ayuntamiento, los sindicatos, la empresa y la ciudadanía, se pudo revertir la situación con un proyecto de impulso económico ambicioso”. Se dieron cuenta que no tiene sentido querer ser igual de competitivo en todas las áreas y que la fortaleza de su territorio era la minería. A partir de aquí optaron por desarrollar y sofisticar esta industria hasta convertirse en referentes en robótica e inteligencia artificial a nivel mundial”, ha explicado el investigador. De la minería al acero y a los metales, a la industria manufacturera, al sector de las manufacturas avanzadas hasta la robótica y, finalmente, a la IA. Actualmente, Pittsburgh ha pasado incluso por delante de Silicon Valley en este sector.
¿Cuál es la situación en la RMB? Según Gras, “falta masa crítica y hay demasiada diversidad. Sería necesario definir qué potencial existe en cada territorio para potenciarlo y trabajar en red”, ha dicho, “actualmente los mecanismos para trabajar en red en nuestro territorio son muy débiles, hay que crear plataformas de transferencia de tecnología y políticas urbanísticas que favorezcan la concentración”. Y es que, según ha explicado el investigador, existe un grado de densidad (medio-elevado) que es óptimo para el desarrollo de los distritos de innovación. “Para llegar a soluciones se requiere un grupo de personas preparadas, con apoyo y concentradas en un territorio para que colaboren y se creen sinergias”.
Siguiendo con la comparativa entre la RMB y ciudades de los Estados Unidos, Ramon Gras ha puesto sobre la mesa el ejemplo de Kendall Square, un barrio de Massachusetts que se ha convertido en un distrito de innovación de éxito. ¿Qué características lo han permitido? Según Gras: “Una localización inteligente, el sistema de carreteras, un proyecto de renovación urbana bien hecho y adecuado, el balance entre el espacio residencial y el espacio de trabajo (muy importante), la creación de plataformas intermedias entre universidades, compañías o centros de investigación y el mundo real, las plataformas de transferencia de tecnología, los precedentes de éxito de los que aprendieron, la visibilidad, la masa crítica y, finalmente, los ecosistemas de apoyo”. Siguiendo estas premisas, el investigador de la Harvard University ha situado los territorios de la RMB más preparados para alojar clústeres de innovación:
- Sant Cugat del Vallès y Rubí para farmacia e industria médica
- Martorell para el automóvil y la movilidad
- El Prat de Llobregat en lo que se refiere a polímeros y fabricación química
- El Hospitalet del Llobregat para la maquinaria industrial
- Cornellá para la industria del gas y los productos químicos
- Esplugas en alimentación, gastronomía y packaging
- Castellbisbal en robótica e industrias del metal
- Santa Perpètua y Palau Solità para los plásticos
- Cerdanyola del Vallès en lo que se refiere a sistemas de energía, investigación nuclear y robótica
Durante el debate que ha generado la presentación del estudio, han surgido algunas inquietudes como el aprovechamiento más allá del turismo y los negocios de eventos como el Mobile World Congress o la Smart City Expo o el modelo de gobernanza teniendo en cuenta la opacidad en la toma de decisiones o la tendencia al individualismo de algunos ayuntamientos por falta de tradición colaborativa. Además, se ha hablado también de los efectos a escala social de los hubs de innovación, ya que estos tienen implicaciones a nivel de desigualdades, vulnerabilidad social, precio de la vivienda o gentrificación. En esta dirección, Gras ha asegurado que, de los 5 modelos explicados, el modelo de ecosistema emprendedor es el que genera más desigualdad, los clústeres de industria a su vez, mantienen la situación de vulnerabilidad social previa, no la amplifican, y son los distritos promovidos por la administración o las universidades los que conducen a una situación más equitativa, generando puestos de trabajo de calidad y de apoyo. Oriol Estela ha querido destacar que, en la RMB, precisamente por este motivo, “tenemos elementos para apostar por los modelos que tienen un impacto más positivo a nivel social”, ha dicho remarcando, otra vez, la importancia del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona para promover la innovación en la Región Metropolitana de Barcelona desde el consenso, la visión a largo plazo y el trabajo conjunto.