Las diferencias de construcción de identidad territorial en el Besós y el Bajo Llobregat centran el debate de la segunda edición de La Metro

El primer debate sobre 'Barrio, municipio, metrópoli: ¿Cuestión de identidad?' en Santa Coloma cierra poniendo encima de la mesa las dificultades para definir si realmente existe una identidad metropolitana

  • 23-06-2017
  • Resumen de actividades
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¿Cómo se construye la identidad en un territorio en concreto? ¿Existe una identidad metropolitana? ¿Qué diferencias hay entre el Besós, el Barcelonés Norte y el Bajo Llobregat y la gente que vive en ellos? Éstas han sido algunas de las cuestiones que se han tratado durante la segunda edición de La Metropolitana: tertulia con espuma que llevaba por nombre Barrio, municipio, metrópoli: ¿Cuestión de identidad?” y ha contado con la participación de Veva Català, del Centro de Estudios Comarcales del Bajo Llobregat, y Carolina Costa, de Prisma Urbà, como ponentes que han contribuido a focalizar el debate. En esta ocasión, el proyecto de cerveza artesana local escogido ha sido la badalonesa Sikaru, un proyecto que nació con la voluntad de dar trabajo a personas con discapacidad intelectual.

Segunda edición de La Metro; ?Barrio, municipio, metrópoli: ¿Cuestión de identidad?? en Santa Coloma de Gramenet
Segunda edición de La Metro; ?Barrio, municipio, metrópoli: ¿Cuestión de identidad?? en Santa Coloma de Gramenet

El coordinador general del PEMB, Oriol Estela Barnet, ha dado la bienvenida y ha explicado que éste es el primer debate de una serie de tres dedicados a hablar sobre identidad metropolitana. El próximo será el 13 de julio en San Feliu de Llobregat. Ferran Saro del Fòrum Grama, que está impulsando una reflexión sobre el tema en la zona del Besós, ha insistido en la necesidad de saber cuál es la ciudad que queremos en el futuro y trabajar conjuntamente para conseguirla y Josep Miquel Lacasta, del Casal del Mestre, entidad de renovación pedagógica, ha coincidido en que es necesario reflexionar y debatir sobre temas que afectan al conjunto de la ciudad sin perder de vista la perspectiva metropolitana.

Por su parte, la socióloga fundadora de Prisma Urbà, Carolina Costa, ha explicado que para que exista identidad metropolitana se tienen que cumplir tres requisitos: la existencia de un relato compartido de presente, pasado y futuro; la capacidad de un espacio de ser imaginado y reconocido por el otro; y una cierta capacidad de acción y movilización (traducido en prácticas y proyectos).

Para iniciar el debate, Costa ha pedido a los asistentes que definan brevemente qué entienden por identidad metropolitana. Algunos de los conceptos que se han puesto encima de la mesa han sido: realidad e historia compartida, vivencias y uso de un espacio común, conocimiento, solidaridad, territorio y paisaje, cohesión, imaginario compartido, sentimiento de pertenencia además de la voluntad de pertenecer. Según la socióloga, el concepto de identidad territorial es complejo y poliédrico, incluye puntos de vista diferentes en función del posicionamiento social y de cómo éste dialoga con el territorio vivido. No se puede afirmar que la identidad territorial tenga el mismo significado para todo el mundo, ya que se da siempre en un contexto de asimetría.

Cuando se hacen estudios de identidad territorial, el concepto se suele abordar desde algunas variables explicativas como la distancia hasta el núcleo central privilegiado, la consciencia de clase social, las prácticas de movilidad, las trayectorias vitales o el uso de territorio y el entorno. Para Costa, es necesario encontrar esos elementos que se repiten y que “significan” el territorio de cada uno de maneras diferentes: el espacio vivido (las prácticas, las funciones) y el espacio imaginado (lo simbólico, lo político). “Pero ¿cómo podemos compartir esta visión común si usamos y nos movemos en este espacio de maneras diferentes? Se puede hablar de identidad territorial cuando existe también al menos un relato que articule y capacite para pasar a la acción”, comenta Costa.

La intervención de Veva Català, del Centre d'Estudis Comarcals del Baix Llobegat, se ha centrado en tres temas: cómo se ve el Besós desde el Llobregat, cómo se ve el encaje del Bajo Llobregat en el contexto metropolitano y el Congreso que han organizado sobre el Bajo Llobregat. El crecimiento demográfico de la zona, su situación en la periferia de Barcelona y la lucha por los derechos y el bienestar de sus habitantes (la mayoría de clase obrera) configuraron su proceso de construcción de identidad. Las luchas de las clases obreras aquí y en otros territorios cercanos a zonas más industrializadas, crearon un sentimiento de solidaridad y pertenencia haciendo que, ha expuesto, al principio hubiera quién pudiera sentir complejo por “ser de la periferia de Barcelona” o “de su patio de atrás” para pasar, con el tiempo, a ser “orgullo del Bajo”. Además, a raíz de la crisis de 2008 en la que se derrumbó el modelo de bienestar social, la gente se dio cuenta que muchas de las problemáticas de la zona son comunes a las del resto de territorio metropolitano: conexión, servicios, vivienda, ocupación estable, desigualdad…

Durante la tertulia, que ha contado con unas cuarenta personas, se han intentado encontrar respuestas a preguntas como: “¿Cómo funcionan los procesos de creación territorial? ¿Cómo podemos generar un relato compartido? ¿Este relato intensifica las prácticas comunes, la colaboración territorial, los proyectos compartidos? ¿Pueden existir relatos comunes sin una representación política directamente escogida por la ciudadanía a escala metropolitana? Para generarlo, ¿es suficiente con una interrelación funcional cada vez más consolidada? ¿El debate sobre Eurovegas se sentía como propio en el Besós?”.

Las intervenciones de los asistentes han dejado claro que, pese a las problemáticas comunes que comparten los territorios del Barcelonés, el Baix Llobregat y el Besós, el sentimiento de pertenencia está más arraigado al municipio en el que se vive. “Después de las intervenciones de hoy, no parece reconocerse la existencia de una (al menos una) identidad a escala metropolitana, pero lo que sí que ha quedado claro hoy es que las luchas sociales por el derecho al territorio (acceso a los servicios, a la vivienda, etc.) suponen un potente generador de identidad territorial”, ha concluido Costa.

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